El inicio de negociaciones sobre el clima se produjo oficialmente el martes en Bangkok con un objetivo en la línea de mira, la conferencia de Durban a fines de 2011, donde se tratarán asuntos tan explosivos como el Protocolo de Kioto.
Las conversaciones se reanudan cuatro meses después del acuerdo de Cancún (México), en un contexto de crisis nuclear en Japón y sus consecuencias, potencialmente negativas para la lucha contra el calentamiento del planeta.
“Para que Durban sea un éxito, habría que abordar las cuestiones políticas que aún no han sido respondidas” en Cancún, advirtió la responsable del clima de la ONU, Christiana Figueres, en la ceremonia de apertura.
Los asuntos espinosos habían sido puestos de lado en las conversaciones de Cancún.
El objetivo era ante todo volver a encarrilar el proceso de negociación, desacreditado tras el fracaso de Copenhague de 2009.
El acuerdo mexicano generó la creación de varias instituciones, con un Fondo verde para ayudar a los países más vulnerables a hacer frente al cambio climático.
Será necesario que estos órganos sean operativos, advirtió Figueres a los negociadores de unos 190 países reunidos hasta el viernes, para esta primera fase de debates preparatorios ante la gran cita anual del clima.
Pero no bastará con ello. Entre los asuntos más delicados, “el más importante es el nivel de ambición y la naturaleza legal de los compromisos sobre la reducción de gases de efecto invernadero (GEI) después de 2012”, afirmó.

