Doce civiles afganos murieron por el estallido de bombas colocadas en carreteras en las últimas 24 horas, informaron ayer miércoles las autoridades.
Una familia de siete personas murió ayer por la mañana en la provincia meriodional de Kandahar, por la explosión de una bomba al paso de su vehículo en el distrito de Panjwayi, informó Zalmai Ayubi, vocero del gobernador. Dijo que todos los ocupantes del automóvil, incluyendo dos niños pequeños, murieron.
El estallido de otra bomba colocada en la carretera mató a cinco personas el martes por la tarde en la provincia de Fará, en el oeste del país, dijo el miércoles un funcionario de la Policía.
Las víctimas viajaban en una camioneta privada que se dirigía a la vecina provincia de Ghor cuando se activó la bomba, afirmó Raouf Ahmadi, un vocero de la policía de la región occidental. Precisó que la detonación lesionó a ocho personas más.
Las bombas de fabricación casera plantadas en los caminos o cerca de edificios gubernamentales se han convertido en la mayor causa de muertes en Afganistán, mientras el Talibán y otros grupos utilizan tácticas guerrilleras.
Usualmente las bombas están dirigidas contra las filas militares, pero los civiles son víctimas frecuentes.
Un reporte de la ONU afirmó que mil 13 civiles han muerto en la primera mitad de 2009, lo que representa un incremento de 24% respecto al mismo período del año pasado.
Más de la mitad de esas muertes —aproximadamente 60%— se debieron a ataques rebeldes.
Los ataques aéreos de las fuerzas internacionales también han contribuido enormemente.