Siete militares estadounidenses murieron el lunes en dos ataques separados con bomba al ras del suelo en una carretera del sur de Afganistán, dijo la OTAN.
No se dieron detalles de los ataques, aunque testigos presenciales en la ciudad sureña de Kandahar dijeron que un Humvee blindado del Ejército de Estados Unidos activó una bomba sin percatarse.
Varios cuerpos fueron retirados del vehículo, que se quemó por la explosión. Las muertes elevaron a 14 el número de soldados norteamericanos muertos en combate en el este y sur de Afganistán durante los últimos tres días.
Por otra parte, en una ciudad del este de Afganistán, un gobernante distrital murió el lunes cuando estalló una bomba en apariencia dirigida contra un grupo que discutía asuntos de seguridad, el último de una serie de ataques de insurgentes en la región volátil.
El jefe del distrito Lal Pur, Syad Mohammad Palawan, falleció cuando una bomba plantada en su automóvil estalló mientras entraba en un complejo gubernamental para asistir a una reunión con líderes políticos y de seguridad locales en Jalalabad, capital de la provincia Nangarhar, dijo el vocero policial Ghafor Khan.
Al parecer los insurgentes planeaban explotar la bomba dentro del complejo donde podría haber causado mucho más daños, dijo Khan. Entretanto, el presidente Hamid Karzai criticó de nuevo la estrategia de la coalición para combatir a la persistente insurgencia de Afganistán, al decir que hasta el momento no ha logrado nada más que matar civiles.
La fuerte declaración hecha el sábado parece encajar con el tipo de comentarios utilizados por el gobernante afgano cuando busca el apoyo de la población.
En una reunión con el presidente del Parlamento alemán, Norbert Lammert, Karzai dijo que había una “grave necesidad” de cambiar la estrategia contra el Talibán y otros grupos vinculados a al-Qaeda, informó la oficina presidencial.

