Gran Bretaña está considerando elaborar una ley para multar a operadores aeroportuarios si los viajes de pasajeros se ven afectados debido a una mala planificación, dijo ayer, domingo, el Gobierno, después de que fuertes nevadas causaran cancelaciones y demoras la pasada semana.
La nieve y el hielo impidieron vuelos en toda Gran Bretaña y el norte de Europa antes de Navidad, lo que planteó dudas sobre si los operadores de aeropuertos deberían haber estado mejor preparados.
El secretario de Transporte, Philip Hammond, dijo que los administradores de Heathrow en Londres, el aeropuerto internacional más transitado del mundo, habían subestimado gravemente la cantidad de líquido anticongelante que necesitarían para que las naves despegaran.
Una de las dos pistas de aterrizaje de Heathrow, perteneciente a la compañía española Ferrovial, estuvo cerrada por cuatro días debido a la nieve y muchos aviones se congelaron en sus parcelas de estacionamiento.
El comisario europeo de Transporte, Siim Kallas, afirmó que el incidente era inaceptable y dijo que se podría forzar a los aeropuertos por ley a brindar un nivel mínimo de servicio durante temporales de nieve y lluvia.
El Ministerio de Transporte de Gran Bretaña sostuvo que la interrupción dejó en evidencia la poca autoridad con que cuentan los reguladores de aviación en Reino Unido para hacer que los operadores aeroportuarios asuman sus responsabilidades.
La nueva ley podría comprometer las licencias entregadas a los grandes operadores si estos no logran encarar debidamente emergencias como clima extremo, dijo Hammond en una entrevista con el diario Sunday Times. El ministerio no dio detalles sobre fechas ni el contenido exacto de un posible proyecto de ley.