El Gobierno mexicano ha hecho poco para combatir la corrupción e impunidad que propiciaron una “epidemia” de graves abusos por parte de militares y policías, ante la que Estados Unidos (EU) guarda silencio, advirtió ayer Human Rights Watch (HRW) en su Informe Mundial 2015.
La llamada Guerra contra las drogas, lanzada en 2006 en México, con un fuerte despliegue militar contra los carteles del narcotráfico, “resultó en una epidemia de ejecuciones sumarias, desapariciones forzadas y tortura por parte de militares y policías”, indicó la organización con sede en EU.
El actual presidente de México, Enrique Peña Nieto (2012-2018), “no ha hecho incursiones significativas para acortar la corrupción y la impunidad bajo las cuales han florecido estas atrocidades”, sostuvo HRW, que agregó que estos males quedaron al descubierto de manera trágica en la desaparición y presumible masacre de 43 estudiantes a manos de policías municipales y sicarios del cartel Guerreros Unidos en septiembre de 2014 en Iguala, estado de Guerrero.
HRW también señala a Venezuela por el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes desarmados durante las violentas protestas opositoras de 2014, en las que hubo 40 muertos y detenciones masivas.
La acumulación de poder en el Ejecutivo y la erosión de las garantías individuales ha permitido al Gobierno venezolano “intimidar, convertirse en censor y perseguir a sus críticos”, indica el organismo, al señalar que los “abusos policíacos, pobres condiciones penitenciarias y la impunidad por abusos de fuerzas de seguridad se mantienen”.
Nigeria, Kenia y Etiopía son los países subsaharianos donde más ha descendido el respeto a los derechos humanos, según el último informe de la organización Human Rights Watch (HRW), presentado ayer.
En Nigeria, los atentados del grupo yihadista Boko Haram, que según esta organización mató a más de 2 mil 500 personas solo en 2014, “ponen en peligro la celebración de unas elecciones creíbles en el país” el próximo mes, declaró el subdirector para África de HRW, Babatunde Olugboji, en una rueda de prensa en Nairobi.
El avance militar de Boko Haram en el último año ha generalizado la violación de los derechos humanos en las zonas bajo su influencia (los estados norteños de Borno, Adamawe y Yobe), donde “arrasan ciudades, mercados y escuelas”, agregó.
Los atentados, asesinatos, torturas y reclutamientos forzados de Boko Haram han traspasado en los últimos meses las fronteras nigerianas y afectan ahora a Camerún, Chad o Benin, por lo que sería necesaria “ayuda internacional” para detener lo que se ha convertido en un “asunto global”, advirtió Olugboji.
Además de las acciones de este grupo, HRW denunció también el abuso y la violencia desmedida de las propias fuerzas de seguridad nigerianas, que “ejecutan y torturan” a los sospechosos de pertenecer a esa organización.
La impunidad para el Ejército es generalizada en Nigeria, donde los abusos cometidos en nombre de esta misión “no están siendo investigados ni perseguidos”.
El “todo vale contra la amenaza terrorista” se repite también en Kenia, señaló la directora para África de HRW, Leslie Lefkow, pues las fuerzas de seguridad han llevado a cabo “abusivas campañas” tras los últimos atentados de la milicia somalí Al Shabab.
Según recoge el informe, durante las últimas operaciones se acosó y detuvo a miles de personas, incluyendo periodistas, refugiados, ciudadanos kenianos y cooperantes internacionales “sin cargos y en condiciones terribles”.
No es una situación novedosa, admite Lefkow, pues la Policía keniana ha estado implicada en cientos de ejecuciones extrajudiciales en los últimos seis años, sin que estos fueran investigados.
En Etiopía, la represión política ha ido aumentando constantemente en los últimos años, con un significativo incremento en 2014: “El Gobierno responde a las protestas pacíficas con acoso, amenazas y detenciones arbitrarias”, afirmó.
“Periodistas y disidentes son los que más sufren y se extingue toda esperanza de que el gobierno de Hailemariam Desalegn amplíe el espacio político antes de las elecciones de mayo de 2015”, declaró Lefkow.