En medio del secreto que rodea su visita a China, el líder supremo norcoreano Kim Jong il llegó ayer miércoles a Beijing para una probable reunión con el presidente Hu Jintao, en momentos en que los coreanos buscan ayuda alimenticia y los chinos presionan a su aliado comunista para que reforme su economía.
China es el aliado diplomático y económico más vital para Corea del Norte y trata denodadamente de impedir un desplome caótico del aislado régimen de Kim, que vuelve a esforzarse por alimentar a su población después de un invierno crudo.
La gira tiene lugar en momentos en que una delegación estadounidense visita Corea del Norte para evaluar sus necesidades de alimentos.
Kim suele evitar los viajes al exterior, pero su tercera visita a China en poco más de un año demuestra cuánto depende de su vecino.
La cancillería china se ha negado a confirmar la presencia de Kim en China.

