Las operaciones de rescate por el sismo que devastó Christchurch se centrarán ahora más en recuperar los cuerpos sepultados, pues los indicios de que todavía haya sobrevivientes entre los escombros se desvanecen, dijo este jueves el primer ministro, John Key.
“Pienso que la razón por la que (los servicios de rescate) hablan más de recuperar que de rescatar, es porque ya no tienen signos positivos de que todavía haya gente viva” bajo las ruinas, afirmó Key a la cadena de televisión TV3.
“Esperamos poder encontrar sobrevivientes, pero a medida que pasa el tiempo, disminuyen las esperanzas”, declaró por su parte un jefe de la policía, el comisario Russell Gibson, a TV3. El temblor de magnitud 6.3, el más sangriento desde hace 80 años en Nueva Zelanda, causó al menos 75 muertos y 300 desaparecidos.
Los socorristas han recuperado 75 cuerpos y unas 300 personas seguían desaparecidas hasta última hora del miércoles, indicaron las autoridades. Durante la noche, 500 socorristas trabajaron en medio de las ruinas y consiguieron liberar a una treintena de personas, indicó el comisario Gibson. Los socorristas tuvieron que amputar miembros de algunos supervivientes para poder sacarlos de los escombros.
El temblor ocurrió el martes a las 12H51 (23H51 GMT del lunes) a 5 km de Christchurch, segunda ciudad del país (340 mil habitantes) y a solo 4 km de profundidad, lo que lo hizo más devastador. Ayer los socorristas neozelandeses redoblaron sus esfuerzos para tratar de encontrar a supervivientes bajo los escombros , pero el estado de algunos edificios no dejaba esperanzas.
