Una bomba a la orilla del camino mató ayer sábado a dos militares estadounidenses en el sur de Afganistán y milicianos secuestraron a un jefe distrital de policía, Jamtula Kan y otros dos funcionarios que realizaban una patrulla nocturna a pie cerca de la frontera oriental con Pakistán.
Se trata del más reciente de una serie de ataques contra autoridades afganas. El general Jalilula Zaiyie dijo que se enviaron refuerzos para ayudar a buscar a los tres hombres, secuestrados en el distrito de Shigal de la provincia de Kunar poco después de la una de la mañana.
Nadie ha reclamado la responsabilidad del secuestro, pero Zaiyie culpó a milicianos del Talibán, que son activos en el área.
Las dos muertes del sábado elevaron el número total de estadounidenses muertos este año a por lo menos 22, según un recuento de The Associated Press.
