La Casa Blanca reforzaba ayer, miércoles, su batalla legal para mantener vigente la veda que ordenó para las perforaciones petroleras en aguas profundas del golfo de México, en medio del peor derrame de la historia de Estados Unidos.
Un juez de ese país revirtió el martes la moratoria por seis meses que dispuso el gobierno del presidente Barack Obama para los trabajos a más de 152 metros, con base a una demanda de la industria que defiende la continuidad de su negocio.
El secretario del Interior, Ken Salazar, dará su testimonio el miércoles más tarde acerca de porqué Washington apelará el fallo y buscará mantener la prohibición. La pelea por la perforación en aguas profundas comenzó después de que una plataforma de British Petroleum (BP) explotó el 20 de abril, dejó 11 muertos y un pozo submarino averiado desde el cual siguen fluyendo millones de litros de crudo al golfo de México.
“Vemos evidencia clara todos los días, mientras el petróleo brota del pozo de BP, de por qué necesitamos hacer una pausa en la perforación de aguas profundas”, dijo Salazar en un comunicado.
La crisis ha llegado al primer puesto en la agenda doméstica del presidente Barack Obama.
Obama impuso la prohibición mientras funcionarios revisaban si los otros pozos operaban de manera segura. Pero al hacer caso a una solicitud de más de una decena de firmas para que la moratoria fuera revocada, el juez cuestionó su “inmenso ámbito”.