El papa Benedicto XVI apostó ayer por fomentar la unidad de musulmanes y cristianos en la lucha por la consecución de la paz en Irak, país que espera que sea “más estable y unificado” con la formación de un nuevo Gobierno tras las elecciones del pasado marzo.
El Pontífice abogó, además, por mejorar la seguridad de las minorías en Irak durante una audiencia celebrada el pasado viernes en Vaticano para la presentación de las cartas credenciales del nuevo embajador iraquí ante la Santa Sede, Habbeb Mohammed Hadi Ali Al-Sadr.
“En los últimos años se han visto muchos trágicos actos de violencia cometidos contra miembros inocentes de la población, ya sean musulmanes o cristianos, actos que como ha apuntado son contrarios a las enseñanzas del islam y del cristianismo”, dijo Benedicto XVI.
“Este sufrimiento compartido puede propiciar un profundo lazo de unión, fortaleciendo la determinación de los musulmanes y los cristianos para trabajar juntos por la paz y la reconciliación.
La historia ha mostrado que algunos de los más poderosos incentivos para superar la división vienen del ejemplo de esos hombres y mujeres (...) que han perdido sus vidas a causa de cobardes actos de violencia”, añadió.

