La muerte de Osama bin Laden podría debilitar la influencia de al-Qaeda en el Talibán de Afganistán, afirmó ayer el comandante de las fuerzas estadounidenses destacadas en suelo afgano.
No obstante, el general David Petraeus advirtió que Afganistán persiste como refugio potencial para varios grupos terroristas que actúan a nivel internacional, uno de los cuales es precisamente al-Qaeda.
Petraeus también advirtió que la operación con la que Estados Unidos mató al jefe de al-Qaeda en el recinto en el que vivía en Pakistán no significa el fin de la lucha de la OTAN en Afganistán. La campaña de la OTAN dio inicio después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en las ciudades de Nueva York y Washington con el propósito de eliminar a al-Qaeda y bin Laden.
En entrevista con The Associated Press a bordo de un helicóptero, Petraeus dijo que los vínculos estrechos entre al-Qaeda y el Talibán eran a nivel personal más que organizativos.
“La relación entre el Talibán de Afganistán y al-Qaeda era entre el mulá Omar y Osama bin Laden, no entre las organizaciones”, señaló Petraeus en momentos en que visitaba a las fuerzas estadounidenses en el este de Afganistán.
Petraeus dijo que la muerte de bin Laden podría facilitar que el Talibán rompa sus nexos con al-Qaeda, una condición que fijaron la OTAN y el Gobierno afgano para el inicio de un diálogo de reconciliación.
En tanto, fuerzas de seguridad de Afganistán se enfrentaron a tiros con extremistas en Kandahar por segundo día consecutivo luego que elementos del Talibán lanzaron una ofensiva a gran escala contra edificios gubernamentales en esta ciudad de sur del país, anunció ayer un vocero del Ministerio del Interior.
