Robots submarinos situados a mil 600 metros de profundidad (1 milla) bajo la superficie comenzaron a retirar el sábado la campana de contención que cubre el pozo averiado en el lecho del golfo de México para reemplazarla con otra más ajustada que podría bombear la totalidad del crudo a buques cisterna.
Si todo transcurre conforme al plan, la combinación de una campana más ajustada y los buques cisterna podría evitar que a partir del lunes el crudo siga contaminando la costa del golfo de México y sus aguas.
Se trata solamente de una solución temporal de la catástrofe causada por la explosión de la plataforma de prospecciones.

