Con la llegada este viernes de la enorme perforadora petrolera a la mina en cuyas profundidades se encuentran atrapados desde hace 36 días 33 trabajadores, se espera acelerar las labores para su rescate.
Una caravana de más de 40 camiones llegó poco después de las 8:00 de la mañana al mineral de oro y cobre, situado a 850 kilómetros al norte de esta capital, transportando las piezas componentes de la perforadora de 45 metros de alto.
El tamaño de la maquinaria obligó a realizar trabajos previos de ensanche del ingreso al mineral, situado entre cerros en un lugar polvoriento y pedregoso del desierto del norte del país.
La llegada de la caravana fue saludada entusiastamente con aplausos y banderas chilenas por algunos de los familiares que permanecen en el denominado Campamento Esperanza, formado por carpas.
Muchos de ellos aguardan el rescate de sus seres queridos refugiados en precarias carpas desde que se produjo el accidente.
El campamento cuenta también con carpas más acogedoras que el Gobierno montó para los familiares y para sus funcionarios encargados de las operaciones.
Esposas, hijos y otros familiares deben soportar el sol inclemente del día y las bajas temperaturas de la noche.
La sonda petrolera se sumará a las otras dos que comenzaron a cavar la semana pasada. El montaje de la nueva maquinaria, que requirió la construcción de una plataforma de cemento, tardará unas dos semanas, tras lo cual se acelerarán los trabajos de rescate de los mineros, atrapados por un derrumbe en la mina San José desde el 5 de agosto.
La perforadora, usada por la petrolífera estatal más al norte, es la más rápida de las tres y se espera que en un mes y medio llegue al fondo de la mina donde se encuentran los 33 mineros.
