La candidatura de Gert Rosenthal

Luego del ascenso y meteórico descenso del ex secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) y ex presidente de Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez, salpicado por algunos escándalos de corrupción (situación que dejaré a la justicia de su país, con el derecho a la presunción de inocencia), surge un conjunto de candidatos entre los que se cuentan José Miguel Inzulsa (ex canciller) y Soledad Alvear, de Chile; el ex presidente de El Salvador Francisco Flores, el ex presidente provisional del Perú Valentín Paniagua; Didier Opertti, canciller del Uruguay, Leila Rachid, actual canciller del Paraguay y el diplomático guatemalteco Gert Rosenthal. Estos ciudadanos pretenden conducir los destinos de un organismo regional altamente cuestionado por no atender los asuntos intrarregionales de las diferencias internas en cada Estado y preñado de violaciones a los acuerdos de su carta constitutiva.

Con Miguel Angel Rodríguez (Costa Rica) se cumplía el propósito de brindarle a la región centroamericana la oportunidad que le correspondía, ya que desde la formación de la OEA (30 de abril de 1948), la mayoría de sus secretarios generales ha sido de América del Sur. César Gaviria (colombiano), dos periodos; Joao Clemente Baena Suárez (Brasil), dos periodos; Alejandro Orfila (argentino); Galo Plaza (ecuatoriano). Es un reto para la región más pobre del continente donde se desarrollaron las más encarnizadas luchas en tiempos de la guerra fría, y donde la pobreza y pobreza extrema son temas diarios de los gobernantes que esperan con ansias lograr ser sujetos de condonaciones de la abultada deuda externa, lo que les permita respirar y gobernar.

Para tal proyecto, la Cancillería costarricense efectuó los cabildeos más profundos hasta lograr su cometido, pero hoy queda un enorme vacío –por ser tan repentinas e inesperadas las acusaciones e investigaciones, además de la reacción del pueblo tico– que solo puede ser llenado por un candidato que logre apartarse de los vicios de corrupción que impregnan a los funcionarios al gobernar nuestros empobrecidos Estados. México apoyará a cualquier candidato que provenga de la región centroamericana; Venezuela se niega a apoyar al ex presidente Flores. La Unión Europea solicita una verdadera reunificación de Centro América y Estados Unidos, y ha hablado siempre de negociar con la región de manera conjunta y no individualmente.

Surgen entonces dos candidatos: Flores (El Salvador) y Rosenthal (Guatemala); uno joven y con la experiencia de gobernar su Estado; otro, con la experiencia de diplomático y tecnócrata. Ambos harían un excelente trabajo, ya que gozan del apoyo de sus respectivos gobiernos. Rosenthal acepta su postulación solo si es producto de la unificación del voto centroamericano, y su mejor carta de presentación es no haber tenido responsabilidad de malos manejos de la cosa pública en su país; mientras que Flores tiene dos adversidades: una interna del segundo partido en importancia en el país, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y la descrita de Venezuela.

Guatemala, un Estado de la región con más de 12 millones de habitantes en su territorio y un millón que vive en otros países (EU, México, etc.), asolado por una guerra interna que duró más de 35 años y con una secuela de muertos que superó las 300 mil personas, como lo indican los informes de la Comisión de Esclarecimiento Histórico (ONU) y la Memoria de Recuperación Histórica que realizó la Iglesia católica, hoy vive presionada por la violencia extrema ya que no ha sido posible reincorporar a los cientos de desplazados –ex combatientes de la guerrilla y soldados que fueron reducidos del ejército– como producto de los acuerdos de paz; tiene también un desempleo que supera el 50% de la población económicamente activa y un elevado nivel de analfabetismo.

Por las características del manejo de la OEA, se hace más fácil que Estados con desarrollo y fortaleza como Brasil, México, Argentina, Colombia, Venezuela, Canadá y Chile apoyen la conducción de una organización regional de un país pequeño, que esperar el voto de una nación pequeña y empobrecida en determinada forma, cuando todos somos conscientes de los mecanismos utilizados por los Estados grandes para torcer los brazos, con el fin de lograr determinado objetivo. Panamá hoy debe regresar con gratitud el apoyo brindado por los países pequeños del mundo al logro de nuestra consolidación territorial en la recuperación de nuestro territorio en la Zona del Canal.

Muy a pesar del cariño que siento por el pueblo salvadoreño, considero que la candidatura chapina, en la figura de Gert Rosenthal, llena todos los requisitos a cabalidad, y se destaca la región con un representante que goza del respeto y credibilidad de la comunidad internacional y los organismos internacionales. Un sencillo y carismático diplomático, caldeado en experiencias, técnico propio para este tipo de organizaciones, conocedor del diferendo entre Bolivia y Chile por una salida al mar, como el resto de los conflictos limítrofes que mayormente son en Centroamérica. De darle nuevas luces conductivas a la OEA, capaz de parar con cultura y arte a los poderosos y de demostrarles a los pueblos representados en la OEA que es necesario cambiar de opinión, que no se trata de una organización burocrática más.

El autor es ex miembro del servicio exterior panameño


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