Las autoridades afganas recibieron hasta ayer domingo 550 acusaciones graves de fraude durante las elecciones presidenciales del país, lo que representa más del doble de la cifra que reportaron los investigadores el jueves, informaron los funcionarios.
El aumento de quejas podría indicar el fuerte nivel de intimidación a los votantes y de llenado ilegal de urnas que se podría haber registrado durante la jornada electoral del 20 de agosto, amenazando la legitimidad de las elecciones.
La gran cantidad de acusaciones podría retrasar en gran medida los resultados electorales, que no pueden ser anunciados hasta que las quejas hayan sido investigadas. No se espera conocer al ganador de las elecciones hasta mediados de septiembre, por lo menos.
Un retraso del resultado electoral podría provocar un vacío de poder en Afganistán y la cantidad de quejas podrían generar episodios de violencia si los ciudadanos sienten que fueron engañados.
Este domingo, un funcionario electoral fue atacado en el sur. Sharafuddin, que no utiliza apellido, resultó seriamente herido y está recibiendo tratamiento en un hospital militar,.
Resultados preliminares muestran que el presidente Hamid Karzai lleva la ventaja con 46.2% de los votos, y su principal rival, Abdullah Abdullah, le sigue con 31.4%. El recuento se basa en votos en el 35% de los centros electorales del país.
Karzai necesita llegar a 50% para evitar una segunda ronda electoral.
La Comisión de Quejas Electorales, un ente independiente, recibió más de3 mil acusaciones de fraude e intimidación durante la jornada electoral y el recuento posterior de votos, explicó Nellika Little, la portavoz del grupo.
De esa cifra, unas 567 se han considerado lo suficientemente graves como para afectar el resultado electoral.