La iguana verde, empresa ecológica y supervivencia



La iguana verde (Iguana iguana) figura en el listado de las 81 especies amenazadas y en peligro de extinción en Panamá, y aunque los cazadores furtivos insisten en provocar su desaparición, en la campiña ocueña hay familias que las preservan con dedicación.

Motivados por la celebración del Festival de la Iguana Verde, cuyo fin es orientar a la población sobre las propiedades alimenticias de la carne de iguana, y de la necesidad de no consumir sus huevos, muchas familias de Llano Grande, una comunidad rural del distrito de Ocú, empezaron a criar el reptil.

José Bustavino, junto a sus padres, se ha dedicado los últimos 15 años a mantener un proyecto familiar de cría de iguanas. Su interés, dijo, es convertir su propiedad en una finca satélite de agroturismo y conservación de especies .

Para ello su padre plantóárboles frutales, y desde el año 2000 empezó a criar y reproducir estos saurios.

Su hábitat natural son las copas de los árboles, en donde se reproducen y logran alimentos. Es una especie de cuerpo robusto, con cuatro fuertes patas y larga cola, que en ocasiones puede pesar hasta 27 libras.

“Todo comenzó con la captura de pequeñas especies de la vida silvestre para domesticarlas. Sin embargo, tuvimos que esperar cuatro largos años para que se reprodujeran. Aquí tenemos iguanas de 10 y 12 años de vida”, resaltó orgulloso.

Subsistencia

Agregó que para alimentarlas emplean hojas de vegetales, papo, noni, zapallo mango, y crudo rayado, guineo chino maduro. Pese a su aspecto agresivo que nos recuerda a ‘Godzilla’, ellas no comen carne, advirtió .

Después de seis procesos de reproducción, su familia ha devuelto a algunas a su hábitat natural, para que puedan repoblar la especie. Las iguanas contribuyen a llevar semillas de un lugar a otro, amén de que son fuente de alimento del águila harpía, entre otras aves.

Reproducción

El dueño de la finca La Tierra Prometida asegura que todo empieza en esta época del año, ya que de octubre a diciembre ellas inician su fase de apareamiento y es en este lapso que deben sacarse los machos viejos y meter los nuevos.

Entre enero y abril, el trabajo en la finca aumenta, porque, según aclaró, se deben extraer los huevos de la tierra y colocarlos en nevera. Seguidamente, se debe preparar la tierra, preferiblemente de aluvión ( riberas de los ríos), para que los embriones no se dañen o no se los coman las hormigas. “Hay que alumbrarlos con linterna para precisar dónde está el embrión y colocarlo hacia arriba para que reciba oxígeno, y luego esperar entre 85 y 90 días para ver con vida a las iguanitas”, indicó.

En una primera postura, la iguana aporta de 20 a 30 huevos, pero en la cuarta postura puede poner hasta 60.

Anam sanciona

El administrador de la Autoridad Nacional del Ambiente en Herrera, Guillermo Nicholson, señaló que por ser una especie en vías de extinción, su caza está prohibida todo el año. “Si detectamos a alguien capturándola, de inmediato se le abre un proceso administrativo”.

En otro orden, aseguró que el departamento de Vida Silvestre de la Anam procura darle asistencia y las herramientas necesarias a los responsables de estos proyectos ecológicos, para que puedan utilizarlas como mascotas o comercializarlas. La idea, remarcó, es preservarlas, para que las familias continúen vigilándolas y apoyando su conservación.

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