"Yo no voy a ver más los juegos; total, siempre perdemos". Cuando escuché ese comentario por enésima vez, me decidí a escribir con la esperanza de hacer recapacitar a al menos uno de esos que dicen haber perdido la esperanza con los equipos panameños.
Panamá es un pequeño país con 3 millones de habitantes en donde nuestros deportistas tienen que trabajar para poder subsistir y las becas por deporte escasean. Aun así Panamá ha visto nacer a jugadores extraordinarios, con una capacidad nata que lograron llamar la atención de la comunidad internacional logrando destacarse en múltiples áreas, incluyendo boxeo, hípica, baloncesto, fútbol y béisbol. Es cierto que nuestras actuaciones en las diversas disciplinas suelen estar coloreadas por malos manejos, desencantos y frustraciones. Tómese como ejemplo cuando Panamá vio truncados sus deseos de participar en la Copa Mundial de Fútbol. Pero ese equipo mantuvo su motivación y dio lo mejor de sí, y logró una participación memorable en la Copa de Oro, dejándonos a todos los panameños llenos de orgullo. Otro evento que demuestra que a pesar de los obstáculos, demuestra siempre un espíritu de superación y perseverancia fue nuestra selección de béisbol para el Clásico Mundial. Con mucha tristeza vimos desvanecer nuestras esperanzas de contar con el equipo completo y demostrarle de una buena vez al mundo entero que en Panamá hay béisbol de calidad.
Bueno, sea por las razones que sea, lo cierto es que los que se quedaron, fueron y dieron la batalla como verdaderos campeones. Panamá excedió las expectativas y no podemos menos que estar orgullosos de la actuación de nuestro equipo. Que perdimos, sí. Pero perdimos peleando con corazón.
Y lo más importante de todo esto, es que al menos por una serie de partidos, todos los panameños se reúnen y juntos comparten alegrías y tristezas esperando el mejor desempeño del equipo. Así que, por favor, no perdamos la esperanza, y apoyemos a nuestras selecciones. Recordemos que detrás de cada uno de nuestros equipos, hay una lucha continua marcada por un deseo de superación, y que con las pocas herramientas técnicas, y preparatorias con que cuentan, siempre dejan lo mejor de sí en el campo.
La autora es abogada