Al igual que la gran mayoría de los 3 millones de socios del Canal, estoy preocupado de que nuestro principal activo esté sujeto no a los vaivenes del mar sino al de los políticos, donde ahora se percibe que Lord Voldemort, el innombrable personaje de la serie Harry Potter, podría influir en los designios de la ampliación.
Si bien es cierto que la crisis inflacionaria global puede afectar los costos de la ampliación del Canal, también lo es que en el cálculo se hizo una reserva para contingencias, por lo cual no debiera haber sorpresas.
Sin embargo, a pesar de las promesas de aislar a nuestro principal recurso de los vaivenes políticos y de hacer transparente todo lo relacionado con el Canal, los cambios que se pretenden introducir en los términos de referencia para la construcción de las esclusas post panamax podrían arrojar sombras de duda sobre su ejecución.
Quienes apoyaron la ampliación lo hicieron convencidos de que había que buscar la forma más transparente de realizarla para beneficiar, no solo al comercio mundial y a los usuarios del Canal, sino – y sobre todo - a los 3 millones de accionistas del Canal.
Ahora vemos con preocupación que el costo final de la ampliación podría aumentar escandalosamente. No es un secreto que hay políticos inescrupulosos que andan, no solo detrás de las mieles del gran pastel, sino del control de la propia administración del Canal.
Entre esas figuras siniestras, nos cuentan, está el innombrable Lord Voltemort, quien ya cuenta con un envidiable currículum. En efecto, este personaje dejó sus huellas en la antigua Autoridad Portuaria Nacional cuando se otorgaron las concesiones de los puertos de Balboa y Cristóbal a Panama Ports, subsidiaria de la hongkonesa Hutchison Whampoa. En ese proceso “cruzó” a último momento a Bechtel, que ahora aspira a ganarse el contrato de las esclusas post panamax.
Posteriormente, añadió puntos con el conflicto de las tierras otorgadas a Panama Ports y a Panama Canal Railway Company, y los 30 millones de dólares en indemnizaciones a los ex trabajadores portuarios, quienes alegan que “los desaparecieron” de un banco privado. La hoja de vida de nuestro mítico personaje se enriqueció con las en extremo ventajosas concesiones otorgadas a Ocean Pollution Control y a Ports Engineering and Consultants Corp.
Ahora, en la Autoridad Marítima de Panamá, su mano poderosa extendida desde el Palacio logró varios beneficios, entre ellos el discutido permiso de operación de practicaje portuario para su propia empresa, sin cumplir los requisitos legales y reglamentarios.
Finalmente, el omnipotente dios de los mares pareciera poner sus ojos en la Autoridad del Canal de Panamá, impulsando cambios en los términos de referencia que podrían sacar del escenario a más de uno de los consorcios que han demostrado interés en licitar por esta multimillonaria obra.
Para ello trama, a través de firmas asesoras donde figuran políticos y amigos suyos, recomendar los cambios que podrían elevar los costos en suma suficiente como para sufragar o equiparar esta vez, lo que una empresa portuaria dio en campañas políticas pasadas.
Al pliego de cargos también se le hicieron cambios, entre los cuales destaca el cálculo del puntaje para adjudicar el contrato. Esto quiere decir que no necesariamente el precio más bajo será el factor determinante.
En artículo publicado en La Prensa el sábado, 12 de julio, el ex funcionario del Canal Franklin Castrellón dio una clarinada cuando advirtió que “la intrusión de los políticos en este componente de la ampliación, que costará más de 2 mil 700 millones de dólares, podría encarecerla de manera escandalosa”.
Según la ACP, “solo se considerarán las propuestas que se reciban de los consorcios que cumplieron con las exigencias del proceso de precalificación No. RFQ-73902 para el diseño, construcción y puesta en marcha del Proyecto del Tercer Juego de Esclusas”.
Esos consorcios son encabezados por la estadounidense Bechtel, la francesa Boygues Travaux Publics y las españolas ACS Servicios y Sacyr Vallehermoso.
Para impedir que Lord Voltemort se salga nuevamente con la suya, es imperativo que los consorcios que han precalificado presenten propuestas. Si solo quedan dos, ello facilitaría arreglos y la intromisión política encareciendo la obra. Bajo esta circunstancia, ¿quién podría cuestionar el que se adjudique la licitación al que dio el precio más alto? Es aquí donde se presenta el terreno propicio para el chanchullo.
Todos estos cambios parecen beneficiar a la figura de Lord Voldemort, pues es un experto pescador no solo en río revuelto, sino hasta en los mares y puertos donde ya ha hecho gala de su habilidad, lo cual de proseguir desmeritaría y acabaría con la transparencia de la ACP.
La pregunta pertinente sería: ¿estaríamos los panameños dispuestos a subsidiar sobre costos de la ampliación o los usuarios a pagar un costo exagerado de peajes, por no visualizar y frenar la intromisión de políticos corruptos en la ampliación del Canal?
El autor es práctico marítimo