Siempre hay gente presta a creerse cualquier idiotez. El truco para engañar es incorporar algunas verdades, mezclarlas con numerosas falsedades, concatenarlas con creativas especulaciones, condimentarlas con impactantes advertencias e hilvanar todo el paquete para que luzca convincente. El resto es difundir el producto inventado, utilizando a alguien con buena oratoria y notoriedad académica, para que oportunistas ideológicos e incautos vulnerables, por conveniencia, temor o ignorancia, se encarguen de diseminarlo y convertirlo en aparente realidad.
En tiempos actuales, el internet sirve de maravilla para diseminar estos despropósitos. Al final, muchos individuos unidos para hacer daño, una conspiración. Hay conspiraciones de toda índole y procedencia. Veamos ejemplos de algunas recientes teñidas de color rojo.
Apenas emergió el novel virus de la gripe A(H1N1), circularon dos videos alegando que todo era una patraña de las empresas farmacéuticas para ganar mucho dinero con la venta de medicamentos y vacunas o una estrategia maquiavélica de los países industrializados para control demográfico de poblaciones humildes. Una de las voceras, de nombre Rauni–Leena Luukanen–Kilde, se autoproclamaba ex ministra de Sanidad de Finlandia.
Averigüé con colegas finlandeses y resulta que esta señora fue solo una directora médica en la provincia de Lapland desde 1975 a 1986, hasta que sufrió un accidente automovilístico serio que le apartó de su carrera. Desde entonces, ella ha padecido episodios paranoicos que involucran contactos con objetos voladores no identificados y extraterrestres. La otra filmación fue grabada por una médica y monja catalana, doña Teresa Forcades.
Esta señora vive recluida en Alemania desde donde adoctrina en la teología de la liberación y escribe artículos para grupos antivacunas o para revistas sobre terapias alternativas. Todos sus alegatos fueron refutados fácilmente por la sociedad científica de Barcelona. Decía Aristóteles que “el castigo del embustero es no ser creído aun cuando diga la verdad”. Para el mundo científico, estas dos damas ya han perdido toda credibilidad.
Otro cuento fresco fue la acusación de que el terremoto de Haití surgió como consecuencia de actividades navales experimentales de Estados Unidos en la región. He rechazado siempre las maniobras belicistas e intervencionistas de los países poderosos, pero esta información no solo es surrealista sino ridícula.
El paranoico líder venezolano, enarbolando la bandera antiyanqui, ha alimentado a sus genuflexas agencias noticiosas con un presunto documento emanado de la octava flota rusa en el que acusan a los gringos de haber causado el violento sismo. Al diablo con las placas tectónicas, el desplazamiento de los continentes o las fallas geográficas que abundan en nuestro planeta.
La mejor explicación es que la potencia del norte posee una maquinita para generar movimientos telúricos donde le plazca. Lo que hay que oír. Estos dictadores populistas y sus escritores serviles han idiotizado a América Latina diciendo que la pobreza y el analfabetismo son culpa del imperio. Agreguemos a la lista la génesis de cualquier catástrofe natural. Una resma de imbéciles.
Finalmente, los rojillos panameños no se han quedado atrás en el tema de las conspiraciones. El Minsa decidió cancelar la “Operación Milagro”. La izquierda rancia criolla interpretó la medida como parte de una alianza de la derecha latinoamericana, elaborando toda una trama propagandística para sustentar sus imaginativas hipótesis. Si bien el supuesto objetivo de la misión era ayudar a panameños necesitados para recuperar su visión, a muchos médicos nos desagradó la medida desde un principio porque Panamá cuenta con oftalmólogos de similar o superior calidad a los aportados por Cuba. Me gustaría, eso sí, ver ahora a los especialistas del patio ofreciendo sus habilidades para continuar con la labor humanitaria.
Me molestó la nota enviada por la Embajada cubana. Ellos dicen que fue una acción gratuita. Los panameños no somos pendejos. Primero, nuestro gobierno ha invertido bastante dinero para subsidiar el programa y no sería extraño que haya habido intercambio clandestino de fondos y promesas entre gobernantes de ambos países. Segundo, el esfuerzo caritativo tiene un claro trasfondo político. De hecho, algunos técnicos fueron cazados cosechando réditos ideológicos en actividades comunitarias. Estos eventos también representan actitudes intervencionistas en suelo foráneo.
El otro insulto fue el masaje estadístico de las cifras. Ellos hablan de casi 45 mil pacientes operados (más del 1.5% de la población del istmo) entre marzo de 2007 y diciembre 2009, es decir 45 personas diarias, incluyendo fines de semana y festivos. Además, comentan que solo tuvieron un 0.82% de complicaciones posoperatorias, pero, curiosamente, se llevaron todos los expedientes. No se puede, por tanto, confirmar la veracidad de la información.
He estado en la isla caribeña en dos ocasiones, dictando conferencias. Les aseguro que en atención e infraestructura hospitalaria hay muchos países latinoamericanos con estándares muy superiores tanto en recurso técnico como personal capacitado. El punto fuerte de Cuba en materia sanitaria, por razones obvias, es en su red primaria, no a nivel terciario.
“Podrás engañar a todos durante algún tiempo; podrás engañar a alguien siempre; pero no podrás engañar siempre a todos”, Abraham Lincoln.