La administración del Centro Regional Universitario de Colón (CRUC) no ha podido formular una propuesta seria de desarrollo, que incorpore en su definición a todos los sectores de la comunidad universitaria. Y, desde luego, la no observancia de las formalidades atenta contra las disposiciones que organizan la vida de la institución. Así se afecta a la población joven, deseosa de formación.
La historia de la educación superior en la provincia evidencia el esfuerzo del CRUC por aportar al desarrollo de la sociedad. Sin embargo, la actualidad no favorece la misión que está llamado a cumplir, en virtud de un modelo de dirección fallido, sustentado en imposiciones y arbitrariedades que trastocan su esencia.
No hay informes de la ejecución presupuestaria ni sobre aspectos referidos a la autogestión y contingencia (Art. 61, literal j, del Estatuto Universitario); nada se sabe del uso y usufructo del patrimonio universitario colonense; falta información respecto a la administración de los fondos de los graduandos (2012, 2013 y 2014); se nombró a familiares de altos directivos; no hay informe de la labor desarrollada en el Centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico; se paralizó la Universidad de la Tercera Edad (hay que investigar la gestión y actividades realizadas); se produjo una integración poco clara de las comisiones de banco de datos (ver reglamento: Acuerdo del CGU No. 2–14 de 13 de marzo de 2014); hubo imposición de los coordinadores de facultades, en total contravención del acuerdo del Consejo Académico No. 41-10, de 6 de octubre de 2010; se entregaron libretas de registro de asistencia y calificaciones (documento oficial aprobado en Consejo Académico 5-92, del 11 de marzo de 1992) en la oficina de la Asociación de Profesores de la Universidad de Panamá, capítulo de Colón; además de procesos administrativos atrofiados, infraestructuras físicas deficientes, entrega impuntual de horarios de clase de los docentes, amén del manejo improcedente de la Junta de Centro, como la última en que “aprobaron” la apertura de cátedras que son objetos impugnación.
El reciente reemplazo del coordinador de la Facultad de Derecho, en abierta violación a lo que está normado para la elección de estos funcionarios, hizo eclosión y generó acciones de protesta por parte de estudiantes que exigen el cumplimiento de las normas universitarias.
Para atender esta crisis, el Consejo Académico nombró una comisión, encabezada por el vicerrector de Asuntos Estudiantiles, Eldis Barnes, y por los profesores JoséÁlvaro (presidente de la Apudep), Carlos Ramos, Suri Palacios, Leida Barrios y la estudiante Venuciana Wing, quienes diligentemente hicieron su labor. Las respuestas positivas deben darse. Así los excelentes docentes, los esforzados administrativos y los estudiantes, esperan que no se siga vendiendo espejismos ni se juegue a la academia, y que la administración del CRUC enrumbe sus pasos para bien de la institución.
