CABO CAÑAVERAL, EU (Servicios internacionales) - El transbordador espacial Columbia, con seis astronautas estadounidenses y un israelí, explotó ayer al reingresar a la atmósfera y sus restos -convertidos en una bola incandescente- cayeron sobre Texas.
Esa imagen espeluznante difundida por todas las cadenas de televisión provocó una verdadera conmoción en el mundo, que hizo recordar la tragedia del transbordador Challenger, ocurrida cuando despegaba para una misión en 1986.
El Columbia desapareció de las pantallas de los radares a las 09:00 hora local, cuando volaba a 60 km de altura y a 20 mil km/h (Mach 17) sobre Texas, a solo 16 minutos de la hora programada para su aterrizaje, precisó la NASA, que además reveló que inmediatamente se había puesto en marcha el plan de emergencia.
Hemos recibido una terrible noticia. Perdimos el Columbia. No hay sobrevivientes, dijo con semblante sombrío el presidente George W. Bush en conferencia de prensa.
La tripulación estaba integrada por el comandante Rick Husband, el copiloto William McCool, el comandante de carga Michael Anderson, los especialistas de misión David Brown, Kalpana Chawla y Laurel Clark y el coronel del Ejército israelí Ilan Ramon.
Horas después de la tragedia, restos humanos pertenecientes a astronautas del transbordador Columbia fueron hallados en un campo del estado de Texas, según informes de medios de la ciudad de Hemphill.
El reporte mostró un coche fúnebre recogiendo los restos humanos, presuntamente de la tripulación del Columbia.
Partes de la nave espacial, que se deshizo en el cielo a 60 mil metros de altura, cayeron en un amplio radio en el este de Texas y el oeste de Louisiana. Se cree que los pedazos del transbordador, algunos del tamaño del parachoques de un automóvil, pueden estar distribuidos en una línea de 160 kilómetros de largo.
