Hace 135 años, un 14 de mayo de 1876, se fundaba la Congregación Kol Shearith Israel (La Voz del Remanente de Israel), dando inicio a la vida judía organizada en Panamá.
Si bien hay testimonios de diversos “elementos judaizantes” durante la época de la colonia española, tal como lo ha demostrado en sus investigaciones el doctor Alberto Osorio, la presencia judía contemporánea en el istmo comienza a mediados del siglo XIX con la llegada de algunas familias de origen hispano-portugués provenientes del Caribe.
Algunos años después, ante la necesidad de contar con un cementerio para dar sepultura a sus miembros según el ritual hebreo, se establece la sociedad Kol Shearith Israel como una organización que brinda servicios fúnebres y caritativos. Más tarde se convertiría en una congregación.
Mirando retrospectivamente, podemos imaginar a aquellas familias que fundaron dicha sociedad, percibiendo a este nuevo lugar al que habían arribado, junto a tantos otros inmigrantes y que se les presentaba tan promisorio, como la oportunidad de un nuevo comienzo. Así, se veían a sí mismos como aquel “Shearith Israel” al que aluden los profetas bíblicos, “el Remanente de Israel”, un pequeño grupo a partir del cual Dios haría realidad su promesa de restauración.
Pero a esta sensación de esperanza, le antepusieron una voz (en hebreo Kol): Kol Shearith Israel, La voz del remanente de Israel. Quizás comprendieron que era valioso poder articular su identidad, su esencia y sus tradiciones en una voz. Y esa voz contribuyó decididamente, junto a otras voces, a generar la polifonía sobre la cual se constituyó la identidad panameña. Posiblemente, pocas palabras expresen con tanta elocuencia este sentimiento como las vertidas en Marcha Panamá, por la notable pluma de Eduardo Maduro, un hijo dilecto de la congregación: “Panamá, la patria mía, suelo grato, encantador”.
De esta forma, a lo largo de la historia del país y hasta nuestros días, los miembros de Kol Shearith Israel han tenido un papel significativo en todos los campos del quehacer nacional, participando en la gesta de la separación de Colombia y contribuyendo al desarrollo de la cultura, el comercio, los gremios, la academia y la industria. La creación de importantes organizaciones, como el Cuerpo de Bomberos, la Orquesta Sinfónica y la Universidad Tecnológica, son solo algunos ejemplos del valioso aporte que han realizado sus integrantes.
Por otra parte, los 135 años que nuestra congregación celebra son también un testimonio de una larga trayectoria de libertad de culto en nuestro país y una demostración cabal de la convivencia armónica y el respeto por la diversidad.
Hoy, las familias que componen Kol Shearith Israel continúan haciendo honor a la herencia ético-religiosa que recibieron de sus mayores y se esfuerzan día a día por desarrollar una vida judía plena y trabajar comprometidamente a favor del desarrollo de Panamá.