En las goteras de Colón, en un sitio de incomparable belleza caribeña, un puñado de biólogos del Instituto Smithsonian echó a andar, en 1959, el Laboratorio Marino de Punta Galeta, utilizando un viejo caserón de la marina estadounidense que databa de la II Guerra Mundial. Sitio ideal para estudiar los arrecifes de coral, manglares y pastos marinos; para identificar las especies que los habitan y comparar las diferencias entre el Caribe y el Pacífico, luego del surgimiento del istmo de Panamá. Las primeras publicaciones científicas aparecieron en 1961, hoy sobrepasan las 400. En 1973 se inicia el monitoreo del Caribe, para entender su comportamiento a largo plazo.
En el año 2000 se echó a andar el programa de educción ambiental marina, para tender puentes entre el laboratorio y las escuelas del país. Para motivar a los estudiantes por la naturaleza y elevar su conciencia ambiental. Ese año 200 estudiantes visitaron Galeta que sólo contaba con una guía naturalista. Una década después, 65 mil estudiantes han pasado por el programa, 80% de ellos de escuelas primarias públicas, atendidos por los 14 guías del Laboratorio, mayormente estudiantes del Centro Regional Universitario de Colón. En el programa de voluntariado participan docenas de estudiantes de secundaria que aprenden cómo se hace ciencia en una estación de campo y a trabajar en equipo.
Con apoyo de la Universidad de McGill, Canadá, se inició en 2003 el programa de desarrollo comunitario dirigido a los pescadores del barrio de La Playita. En 2006 comenzaron las “Charlas Smithsonian del Mes”, para que los investigadores compartiesen con la comunidad los resultados de sus estudios. Programa hecho posible también por la generosidad de un hotel local y dos radioemisoras que dan espacio radial para invitar a los colonenses.
A partir del año 2007 Galeta comenzó a capacitar maestros, dotándolos con los últimos conocimientos y metodologías de las ciencias a fin de elevar la calidad de la enseñanza en las aulas. Por este programa han pasado docentes de Colón, la costa arriba, la costa abajo, lago Gatún y la Transístmica.
Se han dado pasos en la enseñanza a larga distancia. Se trasmitió en vivo, acerca de la importancia de los manglares y corales, a las escuelas de Nueva Jersey; luego, a una audiencia global en 84 países, en el marco de un programa sobre cambio climático organizado por el Instituto Smithsonian. Próximamente se iniciarán programas dirigidos a las escuelas del país equipadas para video conferencias.
Solo la generosidad de los amigos de la ciencia y la educación, en Colón y el exterior, ha permitido hacer continuas mejoras: biblioteca, acuarios, senderos, terraza de observación con telescopios, muelle flotante, malecón, áreas de merendar, baños y cámara web submarina; y programas de becas para que estudiantes de secundaria y universitarios puedan realizar proyectos de investigación en Galeta.
En sus seis décadas, enorme ha sido el aporte del Laboratorio Marino de Punta Galeta a las ciencias, la educación y la conservación de la naturaleza costera tropical. Lamentablemente, su futuro es incierto. Es posible que desaparezca como muchos laboratorios científicos en el Caribe. En Colón, el afán del lucro a corto plazo ha entronizado un devastador estilo de desarrollo, insostenible en lo ecológico y lo social. El precio que Colón pagará, por destruir sus arrecifes, manglares, bosques y humedales, será simplemente impagable.