Perdonar, tal vez. Pero olvidar, jamás. En eso consiste la historia. Es gracias a nuestra memoria -lo que nos distingue de la mayoría de los animales- que no repetimos los mismos errores una y otra vez.
Y yo no olvido aquel "Viernes Negro" de un mes de junio. Estaba en la subida de La Cresta. Tenía 15 años y comprendía perfectamente las implicaciones de no tener libertad, de vivir bajo un régimen dictatorial.
Vi cómo los "doberman" disparaban sus escopetas de perdigones indiscriminadamente a todos los que solo buscábamos ser escuchados; me afectó el gas lacrimógeno y sentí los "bombazos".
No quiero que mis hijos pasen por eso. Esa es la razón por la que admiro a Kurt Muse, quien tampoco quiere que se olvide la represión que vivió Panamá durante el régimen dictatorial.
Muse está lanzando este mes el libro Six Minutes to Freedom, o Seis Minutos Hacia la Libertad,que escribió como co-autor con John Gilstrap. Le tomó a Muse muchos años encontrar la fuerza para revivir los ocho meses más difíciles de su vida, meses en los que solo vio la luz del sol en cuatro ocasiones. Muy poca gente sabe lo que Kurt Muse significó para el fin de la dictadura. Sacrificó meses en la Cárcel Modelo, en una celda mínima, atemorizado y con un guardia listo para matar con tan solo la orden de algún militar. Luchó de la manera que sabía hacerlo: con tecnología y psicología, en vez de represión y armas, por una causa justa.
En Six Minutes to Freedom, Kurt finalmente cuenta su lado de la historia, la verdad de los héroes que no sabía que lo eran, y cobardes que deben pasar a la historia como tales.
Hay descripciones específicas de un régimen que torturaba por rutina, que mataba por diversión, que restringía la libertad de expresión por costumbre. Hay anécdotas que pocos conocen, historia patria que debe ser leída para que no se olvide ¡jamás!
Ahora que el dictador Manuel Antonio Noriega se prepara para salir de su celda (septiembre de 2007), y que la Cruzada Civilista cumple 19 años de fundación (este mes de junio), es el momento de recordar nuestro pasado para que no vuelva a ocurrir.
Me dicen que perdone, y tal vez pueda hacerlo. Pero olvidar, "voltear la página", como dice el actual gobierno, no puedo, y menos a sabiendas de que -parafraseando a Betty Brannan-, no se le ha hecho justicia a las víctimas de la dictadura, quienes murieron por defender sus principios. Tampoco puedo cuando en el poder hay un gobierno PRD, partido que apoyó a Noriega hasta su fin y en el cual laboran en altos puestos funcionarios que le declararon lealtad a su dictador hasta el final. Uno de los mejores consejos que me han dado es que quien olvida, se estrella siempre con la misma piedra. Panamá no se puede dar ese lujo.