Hace unas semanas me encontraba conversando con unos amigos españoles que estaban de visita en nuestro país. Entre tema y tema salió a relucir uno muy interesante, y era que uno de ellos me comentaba que en otros países las personas que trabajaban en el Gobierno son muy bien vistas, primero porque sí existe la carrera administrativa; segundo, porque solo nacionales podían trabajar en el Gobierno y, tercero, porque el que conseguía un empleo en algún ministerio, embajada, etc. era por su curriculum vitae y no por influencias del partido de turno, por el apellido o por ser recomendado por fulanito de tal (me imagino que habrá excepciones, pero no tan notorias). Igualito que aquí ¿verdad?
Seguí comentándoles que imagínense si aquí en nuestro país fuera así, los partidos políticos se quedarían sin personas que los apoyaran en sus campañas, en sus caravanas, en sus caminatas, en sus recorridos por la comunidad, porque, seamos sinceros, nadie trabaja por nada y en política muchísimo menos... la gran mayoría lo hace con la esperanza de que una vez X partido suba al poder, le consiga un empleo en alguna entidad del Estado; eso es muy cierto y el que me diga lo contrario más demagogo no podría ser y tendría hasta a Pinocho haciéndole los mandados...
¿Ustedes se imaginan cómo sería un gobierno donde se le dé prioridad laboral a todas las personas sin importar el partido político de donde venga? Donde en cada ministerio, embajada, consulado, etc. haya un banco de empleo, un departamento de recursos humanos (neutral) al que puedan acudir a dejar su hoja de vida todos aquellos que aspiran a entrar a trabajar en X ministerio. En donde las personas sean contratadas por su experiencia laboral. Sí, ya sé que eso es como un sueño imposible. Pero soñar no cuesta nada ¿verdad? Además la esperanza es lo último que se pierde, ¿no creen?
Por supuesto que no podemos juzgarlos a todos por igual. También existen empleados públicos idóneos y muy entregados a sus puestos, profesionales con mucha capacidad; hay que reconocer los méritos y felicitarlos por ello.
Pero bueno, mientras sigamos teniendo presidentes sin títulos, o con títulos casi no ejercidos, legisladores sin nociones de leyes, embajadores o cónsules parientes del presidente, en fin, mientras sigamos teniendo excelentes profesionales encargándose de las riendas de nuestro país, seguiremos como estamos, de mal en peor... ¿O acaso no han notado que aquí una buena campaña política, un apellido, una bendición y sobre todo un buen par de miles de dólares son capaces de subir al poder hasta al menos estudiado o sin experiencia laboral y sobre todo política? ¿Ya han revisado los créditos académicos de sus representantes o legisladores? Se sorprenderían al ver que muchos de ellos solo tienen, si acaso, el bachillerato y que ganan tres veces más que usted que tiene maestría y hasta un doctorado, ¿increíble verdad? Pues no lo es, eso lo sabemos todos y lo más triste es que están allí porque nosotros mismos los subimos al poder a través de nuestro voto, o porque nos prometió X puesto una vez gane... qué triste realidad...
