Comienzo con una reflexión entre cristianismo y marxismo. El ateísmo fue un error, tal vez de Marx, de mezclarlo con una teoría política y económica como el marxismo. Marx, Engel y Lenin no debieron tocar ese punto, porque es muy difícil, pero dificílisimo ser ateo. Es más fácil ser creyente, tiene más lógica, aunque no sea totalmente científico. Aunque tenga lagunas la explicación de la religión o la creación del mundo, el ser humano siempre vive pensando en silencio en alguien, en algo, y ese ser que no se ve, pero que se siente, es Dios, con lo que quiero decir que no se acepta una educación atea dentro de un pueblo creyente como el afgano.
En 1979, después de que asesinaron a Nur Mohammed Taraki, presidente del Consejo Nacional Revolucionario que gobernaba el país (un prosoviético), el primer ministro Hafizullah Amin (progringo) asumió el mando del país. Luego mataron a Amin y subió al poder Babrak Karmal, con la consigna de una revolución. De allí fue la idea de los soviéticos de apoyarlos e implantar el socialismo en ese país, pero los detuvo el muro de la fe. Parecía una lucha de EU con la URSS por controlar el poder en ese país.
Así las cosas, Karmal, quien era embajador de Afganistán en Checoslovaquia, en 1979 y con el apoyo de Rusia, se tomó el poder matando a Amin con un grupo de revolucionarios alzados. Los gringos trataron de tumbarlo, pero para que no lo derrocaran los rusos entraron en su apoyo, con 120 mil soldados en tres días, amparados en un tratado de mutua ayuda y cooperación firmado en 1914. Salieron en 1989, 10 años más tarde. A los cinco años se hicieron elecciones y ganó otro procomunista Mohamed Najibullah. Esos fueron los dos mandatarios prosoviéticos que reinaron en ese país.
Los rusos sufrieron un fracaso ideológico, no militar, en Afganistán, porque quisieron imponer un marxismo ateo a los afganos, un pueblo que es 100% creyente en el islam, en Buda, en el hinduísmo, y que ve al comunismo como enemigo de su fe. Los rusos querían modernizarlo, que las mujeres fueran libres, que no anduvieran tapadas con su burka o el paranya, pero no lo lograron. Cuando se retiraron, los talibanes ahorcaron a Najibullah en una plaza y retornaron al Corán, a las leyes de Hamurabi de 2 mil 500 años a.C, a las costumbres de los antepasados, con lo que el comunismo se encontró con un muro de 10 mil años que es la fe de ese pueblo. El talibán viene de la palabra talib, en árabe, que significa estudiantes, así que los talibanes son los estudiantes del Corán. Una mezcla del Corán con las leyes de Hammurabi.
Para no seguir matando a gente indefensa por gusto, los rusos tuvieron que firmar su salida y Gorbachov los retiró, sacó al Ejército ruso, en 1989 por lo que le dieron el Premio Nobel de la Paz.
Luego se da el caso de las torres gemelas, en 2001 y los gringos empiezan a buscar a Bin Laden en ese país. Los rusos se prestan para ese juego, les alquilan su territorio de Tayikistán, Uzbekistán y Kisguistán para bases militares y les dan información militar a los gringos. Nunca, en casi 4 mil años que tiene ese pueblo, le habían tirado tantas bombas juntas como lo hizo Estados Unidos buscando a Bin Laden de quien dicen estaba escondido en las montañas, pero aún no lo capturan.
Al final han muerto muchos niños inocentes, víctimas de una guerra inútil, perversa, inmerecida para un pueblo que no tiene la culpa de que Bin Laden se haya o no, escondido en su territorio.
Con el relato anterior, lo que quiero plantear es cómo el comunismo y el capitalismo hacen casi lo mismo por dominar a pueblos inferiores, cuyas armas más fuertes son su fe, sus creencias. No sé por qué EU no sale de Afganistán y deja que ese pueblo haga su vida como quiera, que sean ellos los que determinen su futuro y que vivan como les dé la gana. No veo que signifiquen un peligro como potencia nuclear, ni una amenaza para el mundo, con su ideología talibán. Ya es hora que la ONU imponga la paz que debe tener ese pueblo que ha sufrido tanto.
