Los gobiernos que se han alternando en el poder desde la invasión, demostraron esmero por mejorar la inseguridad ciudadana que persiste, principalmente el actual que ha venido realizando inversiones costosas en nombramientos y adiestramiento de más policías, equipo rodante, redes de radiocomunicación, armamento y equipo policial moderno, mejora en la escala salarial, planes y el modelo de operación policial Seguridad Integral o Prosi, en mi opinión el concepto más avanzado en la dirección correcta para recuperar el orden público, seguridad y paz social.
Empero, y hay que decirlo alto y claro, aunque esta novedosa idea alumbró hace dos años, no logra aterrizar precisamente sobre los tumores sociales que han hecho ya metástasis en los barrios guetos, pues lamentablemente sigue inmerso el Prosi en retórica, proyecciones y discursos, desde su inauguración por la honorable ministra Gólcher, al compararlo con su efectividad y resultados precarios.
Al reflexionar sobre el por qué de esta situación, llegué a la conclusión de que al Prosi le hace falta, primero el complemento o refuerzo de una "Red de Oportunidades", lógicamente de modelo diferente al comarcano, para los barrios pobres; y segundo, existe el vacío de un liderazgo de un oficial profesional de "campo y tropero", identificado con su rostro, nombre y apellido. Hoy la ciudadanía desconoce quién es el jefe directo y responsable de las operaciones del Prosi, ni las instituciones públicas y privadas que lo integran, como además si existe o no una revisión periódica de este programa para reforzarlo y reorientarlo.
Por simple lógica imaginé que como parte del Prosi debería estar el Inadeh, las iglesias, Pandeportes y las juntas comunales, etc. ¡Supe ayer que no es así! Por lo descrito hasta aquí, no tengo dudas que por estas deficiencias sucede que los índices de crímenes y delincuencia e inseguridad en vez de ceder más bien se sostienen y algunos hasta crecen. Al mismo tiempo y es una paradoja, aunque se evidencia al pasar el tiempo un cuerpo de policía mejor organizado, capacitado y consolidado institucionalmente, sobre todo al anexarle recién el cerebro y músculos de lo que fue la PTJ; surge la pregunta lógica ... ¿a qué se debe entonces el arraigo y proliferación de la delincuencia juvenil y pandillerismo de jóvenes adultos, como lo confirmó por TV4 la fiscal para menores? Quizás sea parte de la respuesta… "Primero, por falta de una real coordinación y articulación entre la Policía Nacional y Prosi, este con sus deficiencias serias ya expuestas y segundo, la ausencia de creatividad e iniciativa donde corresponda del Estado, para penetrar la organización o fuerza de tarea capaz de extinguir el fuego en el "Infierno de Dante", con planes específicos para recuperar e incorporar al desarrollo, estos barrios rehenes del monstruo de la pobreza. En consecuencia, todo indica que las herramientas y recursos suficientes están allí a la disponibilidad, pero desarticulados en espera de un "liderazgo responsable y unificador". Observemos, cuando el Prosi salga de sus oficinas refrigeradas con su actual administrador a la cabeza, muy bien remunerado por cierto y cambie sus mocasines italianos y gorra Bee Bop por las botas para trabajo, ropa de faena y baje a combatir cuerpo a cuerpo y "con bayonetas caladas contra el hambre y la ignorancia", en el mero corazón de los malolientes guetos, …¡entonces y solamente entonces, los niveles de inseguridad, crimen y violencia en Panamá bajarían! Al unísono y sincronizado, la artillería pesada del Estado debe concentrar su fuego y bombardear al monstruo de la pobreza, el Leviatán de tres cabezas: "el hambre, la ignorancia y las enfermedades", con programas para el desarrollo social y humano bien concebidos para estos barrios. Apreciados lectores, es bueno tener siempre presente: ¡Ninguna policía en el mundo ha logrado arrestar y meter en la cárcel a la pobreza!, pues la pobreza es inmune y resistente a toletazos, a los allanamientos y a los balazos, pero sí se combate y cede con pan, educación, salud, empleo, fe y esperanzas.
No comprenderlo así con este realismo que he dramatizado, seguirá generando desgaste en hombres, recursos económicos, frustración del Gobierno y decepción ciudadana en un círculo vicioso interminable y costoso.
Finalmente, para esta lucha el eje de ataque y choque debe dirigirse más bien a desarticular las causas que generan el crimen, la marginación y el subdesarrollo. Le sugerimos al señor presidente Martín Torrijos que convoque, cuanto antes, la "Mesa de Seguridad Nacional", no para almorzar, sino a producir la estrategia de seguridad para los próximos 25 años, que trascienda gobiernos, presidentes y partidos políticos, ya que nos encontramos frente a un delicado tema de Estado de alta trascendencia e infinito.
