Y lo oscuro quedó oscuro, pese a las miles de manos de pintura de color blanco, que con brochas y pinceles le intentaron cubrir en seis meses continuos de trabajos y sortilegios. El entuerto quedó expuesto, cual metal de cobre que estuvo en el bolsillo atesorado por años y al ser presentado sobre la mesa y hacer contacto con el jugo de limón que chorreaba en la misma, perdía su esmalte. El proyecto paredístico de unir el Trono y el Altar, en sacrosanto matrimonio y hasta que la muerte los separe, es despedazado cual zorra entre perros, por quienes han visto que las prohibiciones y el oscurantismo, solo favorecen a grupos y sectores privilegiados.
Seguismundo Ptolomeo Ptolo, en su acrisolado Partenón de los grullos, sigue paso a paso los informes que le trae su congregación de sátrapas, para ver si pronto se diluyen los ataques a su recién nombrado tribuno. Cargo, que por historia le correspondía elegir a la plebe, hoy le fue arrancado de sus manos usando perfumes y aceites importados de oriente, que le permiten sacar una joya del dedo fácilmente, cual gitano que se prepara para sustraer lo ajeno, dejando la percepción de que todo está bien, así han preparado la celada, hasta que un pequeño alfiler destapa la pista.
A la usanza tradicional, los fariseos del Templo de la Primavera, entre viandas y banquetes degustan opíparamente y hasta se atragantan disfrutando otro pírrico éxito. No existe distinción alguna entre los dos grandes bandos de tricolores; ni en sus actos, ni en los gestos; tal vez y solo tal vez, en sus deslucidos colorines que tienen continuas marcas del pachulí, quizás, de alguna cortesana de palacio. Ahora tienen la bendición sublime y estiman que alcanzaron con su acto la luz. Ya no son considerados herejes, por quienes ostentan el patrimonio de ese particular atributo, gracias a su misión cumplida.
El nuevo tribuno demostró que el teatro es parte de su distintivo y cerrando las manos en su mejor gesto, como si estuviera siendo dirigido por Mel Gibson, en la más cruda imitación al Mesías, bebió del cáliz con satisfacción voto a voto. Su gelatinosa y platinada cabellera, discordaba del personaje real, pero no era tan importante, al igual que la barba. Y el manto... esa túnica tan mística y sagrada, fue cambiada por el cuadriculado y grisáceo vestido, lujosamente importado para la ocasión. "Toma tus cosas y véndelas, entrega el dinero a los pobres y sígueme". Físico y humilde, diferentes.
Las distintas ágoras se han ido llenando de plebe, reclamando su legítimo derecho a un Espartaco al estilo panameño, que nos distinga por su historial ético. Propio para el momento, donde el capitalismo salvaje, con sus personeros arremeten hasta lo más profundo de los valores, los principios y el hambre del pueblo, convirtiendo al ser humano en miseria y material de reciclar, con la bendición de los gobiernos de turno y de todos los que tienen una cuota de poder. El mundo de las féminas, que todo lo mueve y todo lo puede, ha desenvainado su espada y lanza en ristre están preparando la más histórica de sus batallas, invocando su derecho a no ser mancilladas.
Pero ellos no, igual que en todos los tiempos, los que se alternan en el poder necesitan un personaje maniobrero, alguien lisonjoso, alguien fácil, que haya jugado a las canicas en tiempos bisoños, un yesman, un yeyesón. Un personaje que el control remoto viniera de fábrica sin defectos y que sonriente anunciara todos los medios días que "el pueblo ha comido y que aquí no ha pasado nada".
El silencio sabrá dónde se cocinó tal proyecto y cómo fueron intercambiados los guisos, de tal forma, que cuando la leña calentara el caldero al máximo, salpicara un pedazo para cada uno de los que estuvieron presentes. Dios, con su misericordia habrá de entender el conciliábulo de quienes en intereses ocultos le han planteado al pueblo en cuaresma esta decisión tan sonada, que solo es comparable en bullicio a la celebración del año nuevo chino.
El sagrado derecho del pueblo de defenderse y establecer una figura que lo defendiera no le fue regalada por nadie y fueron muchos siglos que estuvieron conculcados los derechos, sin que los que hoy pretenden establecer sus representantes, no hicieran nada o muy poco, por quienes han vivido sometidos por los intereses de los poderosos. El absolutismo tuvo sus aliados históricos, que hoy no pueden reclamar propiedad por lo que nunca lucharon.
