LOS ANGELES, EU. -La realidad y la ficción se mezclan en el estreno de Vanilla Sky, versión de Hollywood del filme español Abre los ojos, que ha unido las vidas de Tom Cruise y Penélope Cruz, protagonistas de esta historia de amor.
Inspirada en la obra de Alejandro Amenábar, Vanilla Sky fue desde su inicio uno de los filmes más esperados de la temporada, no sólo gracias a su protagonista, uno de los actores más taquilleros de la industria, sino por el secreto que rodeó a la producción.
Su divorcio de Nicole Kidman, su esposa desde hacía casi una década, y su idilio con la actriz española no han hecho más que aumentar la curiosidad morbosa por una cinta que, a nivel artístico, no ha cosechado más que malas críticas por el momento.
Todos los cálculos son erróneos -tono, estilo, interpretación o guión y, especialmente, el deseo de la audiencia de tolerar este laberinto de espejos que les hace chocar cada minuto, asegura la crítica de la revista The Hollywood Reporter, una de las más prestigiosas del gremio.
Cruise prefiere definirla como una historia de amor moderna mientras que Cruz se adhiere a la idea de la complejidad, aunque en última instancia se suma a su nuevo compañero sentimental.
Si tengo que escoger diría que es una historia de amor, pero también se trata de las consecuencias de las pequeñas decisiones que uno tome en la vida, afirmó Cruz que repite el papel de Sofía ya interpretado en Abre los ojos.
Estas decisiones pueden no ser tan pequeñas cuando se trata de dos estrellas que, según la entrevista de Cruise en la revista Vanity Fair, vieron florecer el amor durante el rodaje de este filme que transcurre en Nueva York.
Sin embargo, el amor no salió a la luz hasta que ambos bailaron juntos en la fiesta de cumpleaños que Cruise celebró por sus 39 años el pasado 6 de julio en Los Angeles y posteriormente en unas cuantas galas en público o perseguidos por los paparazzi.
Cuando doblé la esquina no creía lo que veían mis ojos, más de medio centenar de fotógrafos esperando a que Tom y Penélope salieran del hotel. Eso debe de ser la fama, bromea el actor Hugh Jackson de su reciente encuentro con esta pareja en uno de los cruces más céntricos de Nueva York.
Como Cruise reconoció a la presentadora de televisión Oprah Winfrey, si es que ha existido algún nerviosismo sobre la primera cita en público, que tuvo lugar durante la gala de estreno de La mandolina del Capitán Corelli, esta se desvaneció ante el deseo del actor de vivir la vida a su gusto.
Junto con este continuo desgranar de detalles personales por parte de una pareja celosa a la hora de guardar su intimidad Vanilla Sky parece abocada a convertirse en un guiño al espectador.
Como ya han indicado varios críticos locales, será difícil no ver a Cruise al oír la descripción del protagonista de Vanilla Sky, el mejor en su negocio, que disfruta de la vida sin esfuerzo, con un porte atractivo y dientes fantásticos.
No es necesario decir que las mujeres le aman, añade Eugenia Peretz en Vanity Fair, comentario dirigido por partes iguales a Cruise y a su personaje.
Además está el romance, dentro y fuera de la película, y hasta para algunos comentaristas existen detalles propios de la cientología, filosofía religiosa que profesa el actor, dentro de la trama de intriga psicológica de este filme.
A juzgar por sus continuas declaraciones en público, Cruise prefiere hacer caso omiso a cualquier parecido con la realidad sólo destacando el orgullo que siente por este nuevo trabajo.
Todo lo que he aprendido como actor y productor me ha llevado a hacer mi trabajo en esta película, resumió en televisión.
Junto con la historia de Amenábar y el romance de Cruise y Cruz, el realizador de Vanilla Sky, Cameron Crowe, ha puesto su toque personal en esta mezcla convirtiendo el filme en un acercamiento a la cultura pop y en concreto a su música.
Como digo siempre, se trata de la versión de un tema musical cuando es interpretado por otro grupo, ha señalado en reiteradas ocasiones.
En su caso es un tema musical de más de 70 minutos que va desde R.E.M hasta Bob Dylan y Radiohead, incluyendo un tema original de Paul McCartney, que bajo el título de Vanilla Sky es el mejor resumen de la trama del filme.
