Maite Delgado regresa a la televisión panameña este lunes a las 7:00 p.m., por Canal 4, conduciendo el programa familiar Qué dice la gente, un espacio que se ha transmitido en Venezuela con mucho éxito durante casi dos años.
Maite regresó a las pantallas luego de tomarse un tiempo para tener a su segundo hijo, y esta semana vino a Panamá para promocionar el programa, que es parte de su lista de éxitos.
Maite está de acuerdo con que lo que le pongan, lo hace, y quizá ese es el secreto de su éxito. Cuenta que no recuerda exactamente qué soñaba ser cuando era chica. Lo importante es que no le tuve miedo (...). Era como los peloteros, me lanzaban la bola y yo la bateaba. Y lo fui haciendo, y cada día se fue poniendo mejor y mejor, y venían nuevas y mejores oportunidades.
Esas oportunidades se fueron dando a partir del concurso Miss Venezuela de 1986, cuando llegó a ser segunda finalista. Nunca pensé que tenía cualidades físicas para participar en un concurso de belleza, pero me rodeé de un grupo de gente que me tenía mucho aprecio y que me enseñó a descubrir que la belleza no es solo física; que no solo con las medidas perfectas o con una cara de ángulos perfectos se podía alcanzar el éxito. Me aventuré y lo hice, explicó.
Además, ve lo que le ocurre desde un punto de vista positivo. Me fue bien y perdí. Pero perdí dignamente porque la que ganó ese año fue Bárbara Palacios que luego ganó el Miss Universo en 1986, aquí en Panamá.
Su primer trabajo televisivo fue como animadora de la revista matutina y transmitida en vivo, llamada Complicidades junto a Eva Gutiérrez y Viviana Gibelli.
Tuvo mucho éxito a nivel comercial y televisivo, y a nivel personal porque fue como mi escuela; nunca había hecho nada y aprendí allí, en la candela, a leer un teleprompter , a improvisar un texto, a escuchar a un apuntador o interpretar noticias, a entrevistar y conversar con gente, y todo esto delante de la gente.
Destacó que allí se generó una camaradería muy especial entre el público y ella . A mi público en este caso venezolano yo lo siento como muy cercano, como muy parte de mí. Yo no me siento artista, yo me siento parte de esa conexión. El artista es con quien yo converso, pero yo soy el pedacito del público que está en ese momento representado en el estudio.
Luego surgió la comedia, Qué chicas, (que se vio en Panamá) y que protagonizó junto con las mismas compañeras de Complicidades . Aunque no soy actriz, me atreví a hacerlo porque era de alguna manera ser yo misma. Luego animó un Miss Panamá, que ahora es parte de una larga lista de concursos y eventos internacionales que ha conducido.
Después de Qué chicas , vino la gran oportunidad, como ella la llama: conducir uno de los primeros talk shows de Venezuela. De ese bebé surgió un niño muy grande porque la cadena Univisión se interesó, y nos ayudaron. Así que con producción y talento venezolano se hizo Maite , este programa internacional que tuvo gran alcance y éxito durante tres años.
Considera que fue una tremenda experiencia porque compara el fenómeno de los talk shows con el boom de los reality shows de ahora; se sintió parte de la novedad de ese momento.
El show se suspendió por su segunda maternidad y a su regreso, Venevisión tenía otros planes para ella: Qué dice la gente .
Otro volver a empezar, dice la animadora, porque no es lo mismo actuar, conducir un talk show , y conducir un programa de concursos. Hay proyección de voz distinta, un movimiento de cuerpo distinto, una interacción distinta.
Riéndose cuenta que a lo que más le ha costado [acostumbrarse] es a callarse, pero lo está logrando. En el talk show tenía 40 y pico minutos para decir lo que yo quisiera; aquí no hay tiempo para decir nada, porque el formato es muy estricto: en media hora tienes que hacer dos concursos.