Los cubos eran recipientes que se usaban para contener cualquier clase de líquidos o especies.
Servían como unidades de medidas y se les daba a los clientes, un precio determinado por cada cubo.
Estos envases no tenían la misma cantidad de lo ofrecido por los comerciantes, pero al ser un aproximado, eran aceptados.
El cubero paso a ser una persona en la cual se confiaba, aunque intuía el costo.
Esta frase nos indica que existe una inexactitud en lo ofrecido, pero, aun así, hay una aceptación.
Aplicando esta frase a nuestra actualidad, diría que muchas de las decisiones y acciones que se ejecutan en nuestro país por nuestros gobernantes, son a 'ojo de buen cubero' y en muchas ocasiones, eliminando el 'buen'.
Cada 5 años nos toca escoger nuevos gobernantes. La mayoría lo hacemos respaldando a un partido determinado. No identificamos si los candidatos, reúnen el perfil adecuado para ocupar esos puestos tan importantes en el devenir de la Patria. Dejamos de prever si tienen la disposición de luchar y ganarle la batalla a la corrupción, que es el mayor cáncer, arraigado muy profundamente en la gestión pública y privada. No identificamos si van a trabajar con transparencia, para así darnos la paz y sosiego que nos merecemos.
Pero ¡No! Aquí, en Panamá, nos encanta el clientelismo político. Escogemos a ojo de cubero. Después... nos arrepentimos y vivimos quejándonos.
Los funcionarios públicos de alto nivel, pierden el norte, se marean. Piensan que sus puestos son para siempre, muchas de sus acciones las realizan a ojo de cubero.
Se olvidan que ocupan esos puestos, gracias a que parte del pueblo voto por el partido al cual pertenecen. Sus salarios, se los deben al pueblo.
Cuando llegan a esos puestos, dejan de ser humildes, sencillos, campechanos, como lo eran en época de campaña política. Ahora son altaneros, soberbios, déspotas y muy groseros, cuando se les cuestiona por alguna acción que han realizado a ojo de cubero.
Se olvidan que hay que saber gobernar para cuando se está abajo, se olvidan que no siempre tienen la razón y que el pueblo pide transparencia y rendición de cuentas.
¡Gobiernen para el Pueblo!
Leí en un artículo, que a julio 2020, había un ingreso corriente acumulado de $2,715 millones con un déficit de $1,372 millones.
Una persona muy estimada y respetada, me dijo: Tienes que comprender la formula, Y=C+I+G, donde Y= Ingreso Nacional, PIB, C= Consumo Privado, I= Inversión Privada, G= Gasto e Inversión Pública.
¡Perfecto! y pregunto ¿debemos seguir endeudándonos? ¿dónde van estos dineros? ¿se planifico su uso? o ¿es a ojo de cubero? ¿por qué hay tantos funcionarios públicos, contratistas, empresas, quejándose por el pago atrasado de sus cuentas y salarios?
Se supone que el aumento de la deuda, se vincula a la consecución del recurso para pagar cuentas atrasadas y por el efecto de la pandemia.
¿Por qué las Entidades Fiscalizadoras están tan calladas?
Ya lo dijo un economista panameño muy reconocido, 'Lo importante es, priorizar el uso de los recursos, ahorrando con los dineros que nos endeudan'
Pero aquí, ¡No ahorramos! ¡Aquí, gastamos a ojo de cubero!
Aquí, pagamos partidas como la 172, tan cuestionada por sus contratos misterioso, cambiamos nombres a instituciones, pero sus esquemas de trabajos, siguen igual o peor porque se eliminan fiscalizaciones, consejos consultivos, descentralizamos para ejecutar proyectos sin contemplar la Ley de Contratación Pública, que debe regir a lo largo y ancho del país y en dado caso mejorarla para que sea más expedita y eficiente y pueda ser utilizada con transparencia, en las áreas de difícil acceso.
Por otro lado, concentramos más poder en determinados Despachos.
Los momentos difíciles, son los que engrandecen a los gobiernos. Hagamos las cosas bien por Panamá.
Mientras que esto suceda, esperare a que alguien se dé cuenta que no se deben tomar acciones y decisiones a ojo de cubero.
La autora es arquitecta