El 17 de diciembre de 2021, se celebran 70 años de relaciones diplomáticas entre Alemania y Panamá. Desde la perspectiva de hoy, en 1951, Panamá era un paraíso en el trópico de Centroamérica, y Alemania, un país que se tenía que recuperar de la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial.
Setenta años después, nos hemos “acercado”, porque vivimos en un mundo que aparenta ser y, para efectos prácticos, es mucho más “pequeño”. Un mundo globalizado, con ventajas obvias, pero también con gigantescos retos que sólo juntos vamos a poder superar. Pero, ¿cómo lograrlo, si nos parecemos simpáticos, unos a otros, pero si casi no nos conocemos ?
Los panameños tenemos una admiración por la tecnología alemana, una percepción de un alto nivel de disciplina y una actitud prodemocrática y defensora de los derechos humanos de la posguerra. Por lo demás, nuestras percepciones se basan en clichés, como el Oktoberfest, los castillos de Baviera o el futbol del Kaiser, en su momento, y de la Mannschaft, el equipo que ganó 7:1 a Brasil en el Mundial del 2014.
Lo mismo aplica a las percepciones que tenemos los alemanes de Panamá. Salvo pocas excepciones, es dominante la imagen de un país verde y hermoso, como resultado de un famoso cuento ilustrado para niños que se llama Oh, wie schön ist Panama (“Oh, qué bello es Panama”). Su autor fue condecorado por el presidente Pérez Balladares y todavía hoy día se cita el libro. Los alemanes se interesan por las islas de Guna Yala, Bocas del Toro, el Canal de Panamá, las culturas originarias y, en general, todo aquello que sea “exótico”.
Esta benévola ignorancia, combinada con simpatía y curiosidad, nos ofrece un gran potencial para trabajar en conjunto con una agenda que actualice el conocimiento mutuo en ambos países y poder así escalar la cooperación entre nosotros.
Panamá y Alemania somos, cada uno por convicción propia, países que se han sumergido plenamente en la globalización y compartimos la convicción por el multilateralismo y las relaciones internacionales basadas en el respeto mutuo y el beneficio compartido. Ambos vivimos del comercio exterior – grosso modo, Alemania de las exportaciones de maquinaría, coches de alta tecnología y productos intermedios, y Panamá, del Canal y su impresionante infraestructura portuario-logística, al igual que del hub que es su aeropuerto.
Si miramos de aquí al futuro, podemos subrayar que hay margen para crecer y escalar nuestra cooperación. Alemania apoya el interés panameño en transformar su sistema educativo a un sistema del siglo 21, con oportunidades para todos los sectores de la sociedad. Entre otros, destacan la cooperación para el establecimiento del sistema de educación dual y el establecimiento de alianzas entre universidades alemanas y panameñas.
Panamá se ha presentado exitosamente en la COP 26 como país en vías de una transformación energética y con proyectos definidos de protección del medio ambiente y la biodiversidad. En estos campos, hay oportunidad para cooperar o reforzar la cooperación que ya existe entre nuestros países.
Elaborar una estrategia para el establecimiento de una infraestructura de hidrógeno en un futuro cercano podría ser un ejemplo concreto. Otro sería el continuar con proyectos de reforestación en zonas degradadas por la agricultura extensiva.
Nosotros queremos poner manos a la obra para profundizar la cooperación en estos ámbitos. Y lograr de esta manera un acercamiento más profundo de nuestros dos países, con el fin de que nos conozcamos más y mejor todavía.
Tomemos la afirmación “Oh, wie schön ist Panama”, como punto de partida y dediquémonos a la tarea de facilitar más encuentros en los ámbitos de cultura, más cooperación en ciencia y tecnología y, en términos generales, más intercambio entre un país y otro, para conocernos mejor y cooperar de manera aún mas estrecha.
Los autores son embajadores de Alemania en Panamá y de Panamá en Alemania, respectivamente


