A inicios del mes de diciembre de este 2020 lleno de calamidades recibí un libro como regalo que me entretuvo en estos días de tedio e incertidumbre. Enrique Jaramillo Barnes, un joven arquitecto, ilustrador, dibujante, diseñador y pintor, acaba de publicar un libro de cuentos breves titulado: Anatomía. Un reflejo del ser que ya no soy”. Enrique Barnes nació en 1983 y es un hijo de las historietas, como él mismo lo afirma. En este peregrinaje artístico ha dejado su huella en más de 100 carátulas e ilustraciones internas de libros y revistas de escritores panameños. Por lo tanto, tener en las manos un libro de cuentos, diseñado e ilustrado y, además, con cuentos escritos por él, me llenó de curiosidad, y con entusiasmo me puse a leer.
Anatomía. Un reflejo del ser que ya no soy contiene 53 cuentos cortos. Hay distintas estructuras en torno al arte de lo instantáneo y la brevedad. Hay aforismos, epigramas, pensamientos, reflexiones, meditaciones, fragmentos, refranes, adagios, proverbios, chistes, la máxima, la greguería, sentencias, dichos, ejemplos, parábolas, avisos, apotegmas, la anécdota; todas son formas de brevedad que la palabra oral y escrita han acuñado por siglos. Los cuentos, son otra idea.
En torno al cuento, algunos autores prefieren términos como hipertextos, microcuentos, minicuentos, relatos mínimos, cuentos ultracortos, ficciones súbitas, microtextos, textículos. En fin, “todo vale cuando se trata de ganar tiempo”, como afirma Clara Obligado en el prólogo de su libro: Por favor, sea breve. Antología de relatos hiperbreves. Estas formas textuales son el bonsái de la literatura. Son en la prosa lo que en la poesía viene siendo un haiku. Me voy a permitir encasillar el trabajo de Enrique Barnes como cuentos breves o relatos breves.
Hay una particularidad de Anatomía y es que los cuentos que contiene el libro, en su mayoría, fueron escritos durante la pandemia. El mismo autor escribe en la introducción: “Decidí invertir el tiempo en algunas tareas nuevas, una de ellas fue documentar una pequeña libreta con dibujos referentes a la pandemia, también me ocupé en hacer todos los bocetos que darían inicio a mi siguiente exposición individual, que por motivos evidentes ya no podrá ser en el 2020, y finalmente este proyecto que está usted a punto de leer”.
Antes de seguir comentando el libro de Enrique Jaramillo Barnes, es importante destacar que el autor es hijo de Enrique Jaramillo Levi, el destacado escritor de cuentos e investigador que ha dedicado muchas páginas para sistematizar y estudiar la historia del cuento en Panamá. Sobre los cuentos de su hijo, dice en el prólogo: “Hay minicuentos de Enrique Jaramillo Barnes en los que resulta muy difícil deslindar si lo insólito que ocurre en el desenlace es de naturaleza fantástica, absurda, surreal, onírica, o dueña de una realidad propia sui generis dentro de la totalidad de su contexto anecdótico”.
Esto ocurre porque los bocetos de Enrique Barnes se valen de estrategias textuales, como la paradoja, la alegoría, la alteración de la realidad, la forma interrogativa, la ironía, el sarcasmo, la intertextualidad, la imagen, la confesión, pero, sobre todo, la construcción de personajes que friccionan con la realidad, algunas veces frágiles y otras veces violentos. Otro de los atributos y virtudes que tienen estos cuentos es que logran una clausura pertinente que deja cierta incertidumbre insólita.
Estos elementos, entre otros, son parte de los componentes de la brevedad que Irving Howe ha estudiado y que cita Lauro Zavala en un estudio sobre los cuentos breves: un incidente repentino o una epifanía acaecida sobre un personaje de manera instantánea; la condensación de una vida en una imagen y una estructura alegórica.
De esta forma, los cuentos breves de Anatomía abrevian un mundo donde vamos a encontrar historias cortas que sintetizan el universo de los personajes desde las relaciones familiares, desde las rutinas y la tragedia, desde mundos paralelos o cuánticos, desde el arte como una constante existencial, desde la infancia y la vejez como resumen de vida, desde el encuentro consigo mismo y la otredad, desde acertijos sin resolver, desde el encierro y la esperanza, desde recuerdos que no se borran ni con el tiempo ni la muerte.
Payasos, borrachos, profesores, animales, sombras, insectos, niños, artistas son algunos de los personajes que vamos a encontrar en estas breves historias. Personajes que nos relatan desde afuera o desde adentro, desde la matriz, desde las memorias o desde el otro lado de la realidad. Una realidad insoslayable donde solo la imaginación puede darles sentido a las cosas.
No lo puedo asegurar, pero tengo la sospecha de que Anatomía. Un reflejo del ser que ya no soy, puede ser el primer libro de cuentos breves que se publica en el contexto de la pandemia, que, sin necesidad de usar temas del virus, logra presentar lo absurdo de una realidad donde los fake news, lo trivial, la desinformación, quedan expuestos por la imaginación.
El autor es escritor