A más de 6 meses del inicio de la pandemia de la Covid-19, con más de 22 millones de contagios, poco más de la mitad recuperada y más de 800 mil personas fallecidas en el mundo, el nefasto virus sigue haciendo de las suyas, ya que se propaga con mucha facilidad.
De esa cifra global, América Latina y el Caribe reportan más 6 millones y medio de contagios, más de 250 mil muertes y considerada el epicentro de la pandemia donde los contagios siguen creciendo a una velocidad que, lejos de frenarse, se acelera semana a semana, con alrededor de 200.000 positivos diarios.
No obstante, varios de los países que a inicios de la pandemia fueron elogiados por sus rápidas y efectivas respuestas contra la Covid-19, al imponer reglas y medidas de contención estrictas de forma temprana, como Australia, Alemania, Hong-Kong, Japón, Israel, Islandia y Nueva Zelanda, entre otros, están registrando nuevos brotes y resurgimientos del virus, lo que evidencia que su contención o erradicación es sólo temporal, por lo menos hasta que exista una vacuna eficaz. Tan solo en las dos últimas semanas, en Europa se ha producido un incremento generalizado de casos en Alemania, España, Francia y Reino Unido, que han presentado arriba de los mil casos positivos por día.
Señalan los expertos que en parte estos rebrotes o resurgimientos del virus en estos países, es producto de la flexibilización de las restricciones impuestas, ocasionando volver a la imposición de nuevas medidas restrictivas, pero aún con controles estrictos, el virus constituye una fuerte amenaza y, por tanto, los rebrotes de la infección continuarán porque el virus seguirá circulando libremente, al tener una alta capacidad de contagio que le permite propagarse en todo el mundo de manera explosiva.
Contener el coronavirus es asunto de vida o muerte. De cada persona depende decidir acatar las reglas y protocolos sanitarios, a dónde va y con quiénes se reúne. Las vidas humanas no pueden recuperarse. Así de sencillo.
La autora es abogada y escritora
