Exclusivo Suscriptores
In Memoriam

Carlos Manuel Arango Fábrega

De la inimitable grandeza espiritual de Charlie Chaplin surgió una vez su Poesía de la Amistad, grito que parecía de desesperación: “Necesito de alguien que venga a luchar a mi lado sin ser llamado. Alguien lo suficientemente amigo, como para decirme las verdades que no quiero oír, aun sabiendo que puedo irritarme. Por eso, en este mundo de indiferentes, necesito de alguien que crea en esa cosa misteriosa, desacreditada y casi imposible: ¡la amistad!... En esta búsqueda empeño mi propia alma, pues con una amistad verdadera la vida se torna más simple, más rica y más bella.”

Carlitos Arango ha muerto, pero hay que recordarlo para que siga viviendo. Quienes lo conocimos de cerca pudimos admirar su incondicional entrega a los valores de la amistad, a la caballerosidad, a la bondad y a la comprensión de la condición humana. Así pudo hacerse de esa personalidad que con su sola presencia era recibida con alegría y confianza en todas las esferas en las que se movía. Para este hombre educado, respetuoso, maduro y sentimental era importante escuchar porque le servía para conciliar el aprendizaje de sus experiencias con las de las demás personas con las que interactuaba.

Sus objetivos, metas y sueños siempre los compartió con quienes lo rodearon; fue un libro abierto. Era amigo de la verdad, con fortaleza emocional suficiente para soportarla; diestro en el manejo de sus responsabilidades en todos los campos, capaz de abordar problemas con calma, sabiduría y paciencia. Su preocupación íntima era la gente, a la que dedicó ingentes empeños no solo en el campo empresarial, sino también en el espiritual. En este accionar ejerció liderazgos que fueron exitosos y reconocidos por cuanta institución sirvió, si bien los ejerció de manera característicamente discreta.

Desempeño tan acreditado solo era posible donde existiera confianza recíproca, respuesta oportuna y, en lo personal, auténtica amistad. Esto último, la amistad, cuando es sólida, se mantiene durante toda la vida, y Carlitos dio ejemplo de ello. Su mensaje vital fue siempre realista, pero sin mostrar apego a lo terrenal que luciera superior a su inspiración religiosa. Había una finalidad predispuesta en su andar, y la cumplió a cabalidad; repitiendo una expresión ajena, su muerte fue menos el fin de una vida que la aurora de una existencia. Le ha quedado ese derecho.

El autor fue un invariable amigo.


LAS MÁS LEÍDAS

  • Los combustibles bajarán de precio a partir de este viernes 12 de diciembre. Leer más
  • Gobierno anuncia acuerdo sobre salario mínimo: así quedarán algunas tasas por regiones. Leer más
  • Naviferias 2025: el IMA anuncia horarios y lugares del 15 al 19 de diciembre. Leer más
  • Jubilados y pensionados: así será el pago del bono navideño y permanente. Leer más
  • Embajador de Estados Unidos toma el desayuno chino con la diputada Patsy Lee. Leer más
  • Contraloría inicia auditoría a fondos que transfirió el MEF a gobiernos locales en el gobierno de Mulino. Leer más
  • Estados Unidos incluye a Ramón Carretero Napolitano en la Lista Clinton. Leer más