Actualmente existen diversas terminologías cuando nos referimos a las personas con limitaciones. Esto ha generado una ambigüedad nominal y conceptual que dificulta una comunicación precisa entre los involucrados en el proceso rehabilitador y además, da cabida a que surjan percepciones erradas sobre lo que realmente es la rehabilitación y la persona con limitaciones. Por lo tanto, se plantea la necesidad de iniciar una definición que aborde globalmente el concepto de persona con limitaciones, de manera que permita una mayor claridad en todas las instancias de la sociedad y entonces poder dar una respuesta a la problemática que en este momento se presenta.
Una de las mayores dificultades por la que atravesamos es que algunas nominaciones (deficiente, inválido, lisiado, subnormal, retrasado, minusválido, impedido, mutilado, etc.) dan oportunidad a que las personas que las utilizan tiendan a expresarse de manera destructiva y peyorativa, recalcando solamente la parte inmóvil o negativa de las personas con limitaciones.
Además, todo esto ha ocasionado que a través de un largo período de la historia, la sociedad sólo valore a estas personas por lo que su limitación les impide o dificulta hacer, es decir, que la limitación se ve desde una perspectiva en que abarca a la persona en su totalidad.
Muchas organizaciones internacionales han participado activamente para dar respuesta a esta necesidad. La OMS publicó en 1980 la "Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías", donde se dieron grandes aportes con respecto a la concepción de las personas con limitaciones y al papel que la sociedad debe desempeñar con respecto a ello.
La OMS también planteó las posibles relaciones entre los efectos de la enfermedad y la prevención, es decir, presentó pautas para dar solución a la problemática.
Otra organización que también ha aportado en materia de clarificación conceptual es la Rehabilitación Internacional, la cual promulgó la "Carta de los 80", donde se asume tanto el esquema conceptual como la terminología de la OMS y relaciona las tres dimensiones de la limitación con tres objetivos básicos de la intervención clínica y social: prevención, rehabilitación e integración y participación igualitaria, denominada por las Naciones Unidas como "equiparación de oportunidades".
A pesar de todo el esfuerzo, estos conceptos no han podido ser aceptados universalmente y pese a esto, aún existen discrepancias terminológicas y conceptuales. Se manifestó la necesidad de que los involucrados mejoraran el diseño relacionado con el tema. Sin embargo, todos los conceptos aportados, especialmente los relacionados con prevención, niveles de efectos de la enfermedad y modalidades de intervención, dan base para orientar todas las acciones que se tomen en materia de rehabilitación y para aclarar conceptos de consecuencias de la enfermedad.
Considero que lo más importante que podemos hacer es buscar los medios necesarios para clarificar el concepto al que se quiere llegar. Sabemos que las personas con limitaciones son individuos con una autonomía y que es un deber generar acciones que logren un cambio de actitud en la sociedad, que favorezca la equiparación de oportunidades y permita que el individuo participe activamente en el proceso de rehabilitación y así pueda ser actor y gestor de su propio destino.
