El tema del servicio de transporte con la franquicia de Uber ha estado muy en el tapete. He firmado varias peticiones para que de ninguna manera se nos prive de esta conveniencia, sobre todo porque el servicio de taxis deja tanto que desear.
Pero no creo que se hayan percatado de otro fenómeno positivo relacionado con Uber. Paso a describirlo y compartir.
Me da por conversar mucho con los conductores de Uber, cuyos servicios uso bastante desde hace algunos meses. Y he descubierto algo maravilloso: hay un nuevo ciudadano en Panamá.
Estos conductores son personas contentas, con aspiraciones, determinados a mejorar su condición económica, y visiblemente dedicados al trabajo; actitudes que por lo menos yo jamás antes había visto en el común de nuestros trabajadores. Lamentablemente, el panameño de pocos recursos ha sido conformista, resignado, y poco entusiasta en los oficios.
No así estos conductores, en su mayoría jóvenes y entre los que hay mujeres. Muchos tienen, además, otro trabajo. Han visto en Uber una oportunidad que jamás se les había presentado, la de aumentar considerablemente sus ingresos si están dispuestos a trabajar un poco más.
He coleccionado numerosas anécdotas. Desde la joven mujer que trabajaba en un casino por la noche ganando mil 400 dólares, que nunca veía a sus hijos porque dormía de día, y que ahora, dueña de su auto para servicio Uber, se siente como turista, descubriendo un Panamá que creció mientras ella era noctámbula. Su calidad de vida ha mejorado infinitamente… y gana 4 mil dólares al mes!
O el joven que ya tiene su pequeña flota de tres autos, dos compartiendo ganancias con los conductores y uno al que dedica cuerpo y alma. O el más reciente, que aunque su carrito solo califica para Uber, el más económico, trabajando de 6:00 a.m. hasta las 11:00 p.m. también gana mil por semana, más de lo que antes ganaba en todo el mes. Y el arquitecto que trabaja en sus planos en la mañana y conduce su Uber en las tardes. Y el que se turna con su mujer para que el Uber siempre ruede, mientras uno de ellos va a una oficina a cumplir su horario. Uno de estos nuevos panameños de clase trabajadora hace poco se compró un segundo apartamento, que alquila, y tiene apenas un año prestando el servicio de taxi.
En fin, hay una nueva actitud en todos ellos que me llena de orgullo y optimismo. Quizás por primera vez pueden mirar al futuro tomando control de su capacidad de producir; se han dado cuenta de que metiéndole el hombro al trabajo pueden progresar.
Han descubierto, para su gran alegría, que allí afuera, en las calles congestionadas de nuestra ciudad, hay maná, suficiente para todos, y que saliendo a recogerlo van a crecer.
Otra razón enorme para no perder el servicio Uber en nuestro país.
