Conociendo un nuevo virus emergente



Entrando el 2020, el nuevo Coronavirus se convirtió en tendencia o trending topic en las redes sociales y medios de comunicación. La importancia y la complejidad del tema hacen especialmente importante transmitir a la población general información básica y dar respuesta a diferentes preguntas que nuestro Ministerio de Salud (MINSA) ya ha reiterado en diferentes medios y en distintas ocasiones.

Los Coronavirus (CoV) son una familia de virus asociados a enfermedades entéricas en animales. En la década de 1960 fueron descubiertas variantes (OC-43 y 229E) capaces de producir un “resfriado común” en los seres humanos. Nada de qué preocuparse en ese momento. Eso pensábamos, y sólo la comunidad científica que trabajaba en salud animal siguió interesada realmente en este grupo viral.

Sin embargo, a fines de 2002 apareció una nueva cepa de Coronavirus, capaz de producir un Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS). Los virus emergentes son aquellos descubiertos por primera vez, como SARS, o que han ampliado su zona geográfica, como los virus Chikungunya y Zika.

SARS registró una letalidad cercana al 10%, pero con los esfuerzos de la OMS, aunado a los países afectados, se pudo contener su transmisión y no logró convertirse en una pandemia. Luego, en 2005, se descubrieron dos nuevos tipos de Coronavirus (NL-63 y HKU-1), causantes de enfermedades respiratorias leves. Estos dos virus emergentes, al igual que OC-43 y 229-E, siguen circulando todos los años causando “resfriado común”.

En 2012 se registró la aparición de otro Coronavirus, que causó el Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS), con una letalidad superior al 30%. Sin embargo, tiene bajo potencial de transmisión y, al igual que el SARS, pudo ser contenido. Aun así, es necesario seguir vigilando la circulación de todos estos virus en animales para prevenir nuevas reemergencias.

Este año comenzó con noticias de la aparición de la séptima variante que puede infectar a humanos, el nuevo coronavirus llamado temporalmente 2019-nCov, y ahora oficialmente SARS-CoV-2. Por ahora se sabe que este virus posee una letalidad aproximada del 2%, que afecta sobre todo a adultos mayores de 60 años o que padecen de comorbilidades y tiene una transmisión superior al SARS y al MERS.

Debido a su potencial de transmisión y de la alerta que crea la aparición de un virus nuevo, han sido adoptadas medidas de contención estrictas, que constituyen una de las respuestas más rápidas, tanto en el descubrimiento científico, con la secuenciación del genoma y la creación de métodos diagnósticos en un tiempo récord, como en la coordinación entre países. No se puede prever cómo se va a comportar una nueva enfermedad, pero los modelos de simulación son cada vez más avanzados, y la respuesta internacional a los diferentes virus emergentes desde 1990 han permitido que el número de casos fatales haya disminuido drásticamente comparado con las emergencias virales a principios y mediados del siglo XX.

Este no es el primer virus emergente ni será el último, pero cada vez las capacidades de respuesta a un nuevo brote son mejores. Para nuestra fortuna, en Panamá, el MINSA cuenta con un equipo de expertos que trabaja diariamente por vigilar la entrada en puertos/aeropuertos y ante casos sospechosos. Por su parte, el Instituto Conmemorativo Gorgas descarta o confirma en un corto tiempo la presencia del virus, y el MINSA toma medidas para evitar que se propague en nuestra población.

Es importante recordar que el resfriado común es causado por más de 16 virus diferentes, no se diferencian clínicamente del nuevo SARS-CoV-2. Por eso, la historia de viaje a una ciudad con circulación activa del nuevo coronavirus en la población o de contacto con un caso confirmado en los últimos 15 días, es realmente determinante. Actualmente no se ha detectado ningún caso en Panamá.

No debemos entrar en pánico ni tener reacciones discriminatorias. Este nuevo virus no solo tiene una letalidad baja, sino que necesita que una persona infectada entre en contacto cercano con otra susceptible para poder transmitirse. Como medidas de prevención, debemos lavarnos las manos frecuentemente, cubrirnos la nariz y boca con pañuelos desechables al toser o estornudar.

El virus es sensible a los productos de limpieza comunes, y se puede prevenir manteniendo las superficies limpias. Estas medidas de higiene permiten prevenir no sólo la transmisión del nuevo coronavirus, sino la de otros virus respiratorios y gastrointestinales, de parásitos y bacterias en general.

Muchos virus respiratorios que causan resfriado común en adultos y que llevamos a casa sin preocuparnos pueden causar síntomas severos en personas a riesgo, como niños menores de 5 años para el Virus Sincitial Respiratorio.

Es normal sentir aprensión y curiosidad ante un nuevo agente, aumentada por la circulación de mensajes alarmistas en las redes sociales. Sin embargo, para no caer en la trampa de las noticias falsas, es mejor seguir las informaciones del MINSA, CDC o la OPS/OMS. Mantengamos la calma.

Los autores son tecnólogo médico y viróloga y miembro de Ciencia En Panamá, respectivamente.

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