A pesar de que vivimos en un mundo acelerado, todos los días más personas tomamos conciencia sobre el medio ambiente, y muchos hemos cambiado algunos hábitos para ahorrar y protegerlo.
Por ello debemos conseguir ser consumidores responsables al momento de comprar y en nuestra vida cotidiana. No solo es reciclar residuos, ahorrar energía y cuidar el consumo de agua.
Lo primero, a la hora de comprar, es hacernos una serie de preguntas: ¿Es una compra compulsiva? ¿Me va a servir en realidad? ¿Podría arreglar lo que ya tengo? ¿Puedo pedirlo prestado a un amigo o familiar? ¿Necesito lo que voy a comprar? ¿Cuántos ya tengo?
Además, debemos tener en cuenta el producto en sí: el uso que se le va a dar, el tiempo previsto de duración, la forma de mantenerlo, limpiarlo o repararlo para poder considerar la durabilidad de estos.
Son muchas las posibilidades que tenemos al alcance y que ayudarían a conseguir que ahorremos más y contaminemos menos. Son consejos fáciles de seguir:
– Adquiere materiales naturales, como la madera, y reciclables, como el acero inoxidable.
– Elige pinturas naturales no tóxicas que, además, te evitan sufrir una intoxicación.
– Compra bombillas de bajo consumo para los lugares que necesitan iluminación permanente, como luces leds, lámparas de bajo consumo e, incluso, graduadores de intensidad de luz.
– Reduce el volumen de tus compras y organízalas, ya sean quincenales o mensuales, para evitar volver a comprar.
– Antes de comprar, reutiliza. Si aun así decides deshacerte de algo, existen algunas asociaciones y grupos que recogen a domicilio, restauran y venden estos objetos.
– Elimina los productos que contengan látex.
– Evita el uso de aerosoles aromáticos que dañan la capa de ozono. Es preferible invertir en velas que, aunque su olor tarda un poco más en expandirse, tiene la misma función.
– Elige en tus compras productos que en su fabricación han cumplido una serie de requisitos que redunda en no generar una degradación al medio ambiente.
– Consigue productos elaborados con materiales reciclados o con materiales de menos impacto ambiental.
– Ten en cuenta la posibilidad de sustituir productos contaminantes por otros naturales o biodegradables.
– Busca siempre la etiqueta de eficiencia energética para comprar los electrodomésticos.
– Obtén productos de alimentación orgánica o alimentos ecológicos.
– Evalúa las características de los productos, el envasado y el embalaje, a fin de evitar la generación de residuos con nuestro consumo.
–Disminuye la producción de residuos comprando productos con una vida útil más larga, a granel o productos recargables.
Existen muchas otras formas de convertirnos en consumidores responsables para –¿por qué no?– en un futuro muy cercano todos estemos hablando en un mismo idioma en cuanto a las “compras verdes” se refiere, que no es más que la expresión que se usa para referirse a comprar productos que ayuden a conservar los recursos naturales, ahorrar energía y evitar el desperdicio.
Sabiendo esto, hagámonos la pregunta final: ¿Me considero un consumidor responsable?
La autora es técnica ambiental