Coronavirus o discriminavirus



Luego de aterrizar, bajé del avión y. como de costumbre, vi a muchas personas en el Aeropuerto Internacional de Tocumen. Sin embargo, esta vez el ambiente era un poco diferente. Tanto colaboradores como viajeros utilizaban mascarillas para protegerse del virus que aún no tiene vacuna, y que ha estado conmoviendo al mundo incluso con su nombre: coronavirus.

Al mismo tiempo, recuerdo haber reaccionado de dos formas. Primero me asusté, y segundo me propuse que si veía a alguien con características asiáticas, evitaría el contacto físico a toda costa.

Después de algunos días de introspección y análisis sobre mi postura, llegué a la conclusión que temerle a una persona con rasgos asiáticos es una postura innecesaria y sobretodo discriminatoria. Pensar que cualquier “chino” tiene el coronavirus, es como asumir que en 1945 -durante la Segunda Guerra Mundial- todos los japoneses eran kamikazes, y todos los asiáticos comunistas.

Cuando categorizamos a un grupo de personas, estamos causando estereotipos. Y cuando ejercemos el acto de excluir por el estereotipo, estamos discriminando.

La discriminación no es algo nuevo. Historiadores argumentan que fue alrededor del año 1500 A.C. cuando se realizó el primer acto discriminatorio de forma masiva, en contra de los judíos en Egipto. Más aún, la discriminación ha llevado al genocidio en innumerables ocasiones, entre ellas y, sin disminuir la gravedad de las demás, resalto al Holocausto.

Sobre el coronavirus, las probabilidades que nos encontremos con un portador del virus en Panamá son mínimas. Para probar mi punto, me he tomado la molestia de compartirles el cálculo. La población asiática representa un 69% de todos los seres humanos en el mundo. De aquellas 4,463 millones de personas asiáticas, solo el 30% son chinas.

La cantidad de personas chinas es de 1,355 millones, de los cuales un 0.00812% son de Wuhan, la ciudad de donde se propagó el virus. Las probabilidades de que una de esas once millones de personas tenga el virus es de 0.002727%. Ahora, si lo ponemos en perspectiva con el mundo, solo un 0.0000032% de los seres humanos son personas asiáticas que tienen la probabilidad de portar el coronavirus.

Bajo mi punto de vista, este número es tan minúsculo que alejarnos, reprochar o excluir a una persona de origen asiático es un acto discriminatorio más que de prevención. No obstante, debemos protegernos y obviamente, si tenemos dudas o certeza que una persona, sin importar su etnia, edad y religión, tiene el coronavirus debemos tomar precauciones. Al mismo tiempo, como ciudadano panameño, aprecio que diferentes entidades como el Ministerio de Salud estén tomando las medidas para mitigar los posibles efectos.

El coronavirus es una realidad que la humanidad está enfrentando a inicios de esta nueva década, y al igual que con muchas otras enfermedades que se han propagado en el pasado, hemos reaccionado de manera apropiada. Sigamos las directrices de los doctores, pero no discriminemos. No solo hay que evitar que el coronavirus se propague, sino también el discriminavirus.

El autor es estudiante de secundaria y lidera un movimiento anti ‘bullying’

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