Mucha agitación en la opinión pública causó la renuncia del hoy ex ministro de Seguridad Rolando Mirones. En lo personal, fui un crítico de su gestión porque durante las dos últimas administraciones se caracterizó por criticar a quienes ostentaban el cargo, y asegurar que una administración PRD sí sabría resolver el problema de seguridad ciudadana que hoy nos aqueja; pese a que ya él había estado al frente de la institución policial y su gestión pasó sin pena, ni gloria, por decir lo menos.
Sin embargo, el principal problema de seguridad que afrontamos es la evidente corrupción del engranaje policial, la cual no inició con este gobierno, ni con los dos o tres anteriores. Ese es un problema que heredamos de la dictadura, pues muchos de aquellos que durante esos 21 años controlaron diferentes actividades delictivas, al llegar la supuesta democracia, pasaron a la clandestinidad. A todo lo anterior hay que agregarle el temor a ser derrocado de cada Presidente post dictadura, razón por la cual les han ido otorgando prebendas a los uniformados.
Así las cosas, mientras no se sanee esa institución, nuestro problema de seguridad seguirá agravándose, porque no hay que ser un experto en criminalística para saber que las dos fugas del señor Ceballos, han sido con el contubernio de esos policías corruptos; al igual que las armas, celulares, drogas y demás artículos que constantemente se descubren en los penales, y que los hacen parecer más un resort para fascinerosos que centros penitenciarios.
En mi humilde opinión, el Presidente tiene la oportunidad de oro para efectuar esos correctivos, porque contaría con el apoyo del pueblo. Panamá es muy pequeño y todo se sabe, por lo tanto, será fácil identificar a los cabecillas de esas bandas policiales y anularlos.
Simultáneamente, exigirle a esa cantidad desproporcionada de comisionados que justifiquen su salario y sustenten el rango que ostentan , formulando, implementando y evaluando planes de prevención y corrección delincuencial a corto, mediano y largo plazo.
El autor es ciudadano