A medida que el brote de Covid-19 ha evolucionado, tanto en China como a nivel internacional, muchas interrogantes se han ido aclarando con evidencia científica sólida. Aunque ahora la comunidad médica tiene bastante información sobre el virus SARS-CoV-2 y la enfermedad resultante, quedan aún numerosas incertidumbres por despejar. Como ya el virus ha entrado en los cinco continentes y muy probablemente hasta en países que todavía no reportan casos, de la fase de contención en puestos migratorios se irá pasando a una fase de mitigación, cuyo objetivo es minimizar la propagación en las comunidades y la afectación de las personas de mayor riesgo a desarrollar las formas severas de la infección. La idea es tratar de comprar algo de tiempo mientras esperamos que medidas rigurosas de salud pública y accesos futuros a medicamentos antivirales o vacunas eficaces, logren atenuar los estragos de la ya casi pandemia. Analicemos certezas y dudas de relevancia para la toma de decisiones fundamentadas.
La pesquisa y aislamiento de casos sospechosos en aeropuertos ha sido una actividad preventiva empleada en todo el mundo. Muchos infectados (70%), no obstante, han sido detectados días a semanas después de la entrada al país y no en el punto de entrada. La mitad de los afectados no presenta fiebre al inicio de síntomas y un número importante de turistas hace escalas en otros lugares para burlar los controles de migración. En la medida en que más países tengan brotes de transmisión autóctona sostenida, tanto la logística como la efectividad del tamizaje aeroportuario será costosa e improductiva. La mitigación, por tanto, dependerá de la acuciosidad del sistema de salud en encontrar enfermos y de la fiabilidad del pasajero en reportar síntomas sugestivos, dar la lista de sus contactos cercanos y aislar a todos en su domicilio. El Minsa tendrá una línea caliente para que, en caso de enfermedad que no amerite hospitalización, acuda personal designado a la casa del paciente para recoger muestras y verificar el cumplimiento con cuarentena.
El grado de contagio del Covid-19 parece bastante similar o ligeramente superior al de la gripe estacional, tanto en la infectividad (2-3 contagios por enfermo), como en la vía de transmisión (gotitas respiratorias a distancia menor de 2 metros, manos contaminadas) y en la prevención (lavado de manos, higiene respiratoria, mascarilla para sintomáticos, evitar sitios hacinados). Se desconoce si el clima y la humedad incidirán en la viabilidad del virus, como ocurre con la influenza. La mortalidad de los casos confirmados, por ahora, anda por el 1.5%-3.5%, según la región geográfica evaluada. Debido a que una significativa cantidad de casos leves y asintomáticos no forma parte del denominador, varios grupos científicos calculan que la fatalidad real podría rondar el 1%. Hasta que no se realice un estudio de seroprevalencia (presencia de anticuerpos IgG en muestra representativa de la población de Hubei), la verdadera tasa de letalidad será imprecisa y quizás sobreestimada.
Mientras no haya casos en un país ni demostración de diseminación comunitaria sostenida, la cancelación de convenciones o reuniones no tiene justificación. Saber procedencia y condición de salud de las personas que asistan a dichos eventos será importante, por supuesto, para restringir la afluencia de determinados individuos. El cierre de colegios tampoco es recomendable por ahora. Los niños han sido muy poco afectados por Covid-19, tanto en proporción (<1-2%) como en severidad. Lo que aún se desconoce es la potencial contribución de la población infantil en la expansión del brote, como ocurre con la influenza. Habrá que esperar mejor información antes de suspender jornadas escolares. Meduca deberá prepararse para la eventualidad de impartir enseñanzas a domicilio mediante plataformas tecnológicas modernas.
Covid-19 causará un profundo impacto negativo en la economía nacional y en el bienestar financiero de los sectores empresariales. Será importante verificar si una prueba molecular negativa en un contacto (en secreciones respiratorias y heces), durante la fase asintomática o leve de la enfermedad, es fidedigna en descartar diagnóstico para poder así acortar el periodo de confinamiento de la persona y que pueda regresar a su trabajo prontamente. Por último, debido a que la mortalidad está básicamente concentrada en adultos mayores con patologías de fondo, el distanciamiento social de este grupo etario será probablemente el mecanismo de mitigación más impactante a tomar en cuenta. Cuidemos a nuestros más veteranos; mucha experiencia y sabiduría se podría perder de golpe.
El autor es médico