Con el propósito de enfrentar la mar de problemas que agobian al Seguro Social, el Pacto Bicentenario Cerrando Brechas ha creado la mesa de diálogo nacional por la Caja de Seguro Social (CSS), asistida por el coordinador general, un secretario técnico, un relator general, un facilitador de qué y otros apoyos administrativos proporcionados por esa institución. El pasado febrero, la mesa contaba con 27 grupos variopintos. Analizando la lista de invitados, es notorio que faltaron actores clave y sobraron figurones.
Los primeros meses, la mesa se la pasó discutiendo bobadas de colegiales, como el significado de sensatez, votación, decisión, tiradera, irrespeto y otras. En la última reunión, tras un acalorado debate, cambiaron el vocablo consensuar por el verbo acordar y pasaron al sinfín de una cosa que llaman metodología. En excelente jugada política, buena parte de los representantes obreros -Conusi, Conato, Cgtp, Cntp- y los líderes históricos del Suntracs Genaro López y Saúl Méndez, salen del juego aduciendo que la mesa es “yo con yo” y, por supuesto, la recurrente parcialidad de los árbitros. Quedaron unos 20 invitados, pero se nota que varios comensales tantito decepcionados tienen un pie fuera de la sala.
En verdad, la mesa del diálogo nacional por la Caja de Seguro Social fue construida con maderas teóricas y vigas reforzadas con buenas intenciones, pero tiene patas de cabra. Desde la primera convocatoria fue evidente que los panelistas, trabajadores, magisterio, personal de salud, empresarios y demás convocados solamente defienden sus consignas clasistas. Y discutiendo nimiedades asemejan una convención de tullidos y orates carentes de valor y capacidad para lograr la reforma política, administrativa y jurídica absolutamente necesaria para salvar la Caja de Seguro Social. También es evidente que pretendiendo escurrir el bulto, los mandamás del gobierno y del Seguro cometieron un grave error político al trasladar la crisis de la CSS a la mesa del diálogo nacional por la Caja de Seguro Social. Recordemos que esa mesa es creación del nebuloso Pacto Bicentenario Cerrando Brechas, que no tiene representatividad política ni fuerza para soportar el enorme peso de la batalla por los asegurados.
Los errores se pagan a veces a precio de ganga, pero resultan muy costosos cuando nos estamos jugamos el mando del país. El calendario no se detiene, el reloj no para. La calle está caliente, la tropa roja estrena banderolas y botas nuevas, maneja el billete armando a discreción manifestaciones y bloqueos del transporte. La policía, que no se meta para garantizar la paz… (del Suntracs).
Debajo de la Mesa del Diálogo Nacional por la Caja de Seguro Social, hay un explosivo de mecha corta. Se agota el tiempo. El héroe tiene que retomar la gran responsabilidad que jamás debió delegar, proceder con fortaleza, inspiración y coraje para recuperar la más necesitada y querida institución social del pueblo panameño. No hay alternativa. Si el máximo líder fracasa, más temprano que tarde lo veremos cabalgar hacia el ocaso de un atardecer brumoso, rumbo al ostracismo o el exilio.
El autor es abogado

