El mundo cambia abruptamente a causa de la Covid19, impactando a los sistemas educativos y a los estudiantes. La posibilidad de superar el reto está en la capacidad de respuesta a través de los planes de contingencia.
La educación requiere de una reingeniería a fin de ser accesible y de calidad para todos los niños y niñas, en este nuevo contexto, considerando las falencias existentes como el alcance digital, la motivación y la potencial exclusión escolar.
Nuestra forma de vivir transita por una metamorfosis. El incremento exponencial del teletrabajo y el giro hacía una economía digital, son ejemplos. El distanciamiento social ya forma parte de nuestra vida diaria. La forma en cómo educamos, debe cambiar también. El uso de medios digitales se establece como norma. Ello trae retos y beneficios. Es una transición cómoda para algunos. No lo es para la mayoría de los estudiantes panameños.
Panamá comienza un nuevo año escolar 2020 con 877,142 estudiantes. No obstante, aún tenemos tareas pendientes: la exclusión escolar y la falta de accesibilidad. Según MEDUCA, de cada 100 estudiantes en media solo 62 terminan el año. Los factores que influyen en la exclusión escolar van desde un núcleo familiar disfuncional, hasta perder el interés por educarse. La pandemia presenta nuevos retos educativos para analizar.
A través de algún dispositivo disponible, los estudiantes acceden a sus clases desde casa sin asistir al colegio. Así mantenemos las medidas sanitarias mientras proporcionamos contenido educativo a los estudiantes. Preguntémonos ¿Están aprendiendo? ¿Se les facilita acceder a clases? ¿Los docentes y padres están preparados para esta modalidad? ¿Qué variables son indispensables para lograr educación a distancia con calidad e inclusión ?
La penetración del internet en Panamá está rondando el 70%, pero el acceso no es igual para todos. Según el INEC (2017), menos del 40% de los estudiantes cuentan con acceso a internet. Esta realidad afecta la posibilidad del estudiante de acceder a sus clases. Como resultado, sí no tomamos medidas, la brecha educativa aumentará de manera exponencial en uno de los países más desiguales de la región.
El Gobierno Nacional implementa el Plan Educativo Solidario para proveer gratuitamente de servicio de internet móvil a los estudiantes. No obstante, para que una política pública sea efectiva, necesita basarse en data dura. La cobertura de celulares en la población es del 96%. Sin embargo, es más importante saber que la cobertura de internet en el territorio es solo de un 38% según datos de la ASEP. Muchas familias panameñas tienen acceso a un equipo celular, pero, no a servicios móviles. Esta tendencia a se incrementa en las áreas de difícil acceso y las comarcas.
Un aumento en la exclusión escolar será un efecto colateral de la Covid 19. Miles de estudiantes no han logrado conectarse a clases virtuales este año. En algunas regiones del país, nuestros estudiantes están cambiando los estudios por empleos para llevar ingresos al hogar.
El contexto socioeconómico de las familias panameñas no les permite visualizar la relación entre una buena educación y una mejor calidad de vida. La pandemia aumenta la urgencia de trabajar para tener recursos y asegurar la subsistencia alimentaria familiar.
Después de analizar estas cifras, se evidencia una situación social complicada para Panamá, que empeorará consecuencia de la pandemia. Se requiere un esfuerzo multidireccional que atienda varias aristas, como la accesibilidad y la conectividad para todos, considerando a la educación como un derecho humano. Los proyectos educativos y sociales deben priorizar la digitalización en todo el país como principal herramienta para reducir la brecha social en Panamá.
Motivar al estudiante es clave para esta tarea. Un estudiante que no se conecte a las clases, será un panameño que estaremos excluyendo del sistema educativo. Como sociedad, debemos comenzar a hacernos a la idea de cómo hacer que una tiza, se transforme en un click que es el medio para acceder a educación, con distanciamiento social. Un estudiante motivado y conectado, sin importar dónde esté, será capaz de disfrutar de educación de calidad inclusiva. Estará preparado para el presente y el futuro post Covid19.
El autor es miembro de Jóvenes Unidos por la Educación