Vemos una creciente presión social asociada al desempleo. Protestas en Colón, El Chorrillo y San Miguelito, así como quejas relacionadas con Ferias de Empleo realizadas en Howard y el Centro Comercial Los Andes, por mencionar algunas, dan cuenta de una cada vez más frecuente intranquilidad ante las dificultades de encontrar trabajo.
Estamos ante una de las repercusiones sociales del panorama pronosticado por el Banco Mundial en su Informe “Mejores empleos en Panamá: el rol del capital humano” (julio 2012), donde advertía que “El final de la construcción en el Canal de Panamá eliminará un importante estímulo para la economía, generando desafíos para el crecimiento económico durante la década y presión para una rápida reasignación de la mano de obra….. El final del estímulo económico relacionado con las obras civiles del Canal de Panamá probablemente cause una reducción de la demanda laboral”.
Entre el 2004 y 2014, el 52% de la expansión del empleo vino de 3 sectores: construcción, comercio y agricultura. A pesar del retraso en la culminación de los trabajos de Ampliación, a partir del 2014 esto cambió, y hoy 68% de los nuevos empleos vienen de la logística, turismo, comercio, industria, salud y otros servicios, sectores con requerimientos de competencias y escolaridad diferentes y superiores a los históricos. Esta tendencia va a continuar.
Las modalidades laborales también cambiaron. Los trabajadores asalariados del sector privado representaron 71% de la expansión del empleo entre el 2004 y 2009, 50% en 2009-2014 y -4% en 2014-2019. En contraste, los emprendedores (trabajadores independientes y patronos) pasaron de 15%, 29% y 73% de los nuevos empleos en esos mismos períodos.
El sector privado genera 85% del empleo y 87% de la inversión en el país. De ese 85%, 45 es asalariado y 40 no asalariado. Sin embargo, en el 2013, los trabajadores asalariados privados representaban 53% de la población ocupada, es decir, han perdido 8 puntos porcentuales dentro de la estructura del empleo en 6 años.
Adicionalmente, con una deserción escolar en educación premedia y media cercana al 60% y 14 mil adolescentes abandonando el sistema anualmente, muchos jóvenes humildes incursionan prematuramente en un mercado laboral para el cual no están preparados. Lamentablemente, sectores receptores de estos jóvenes, como la construcción, con un requerimiento de escolaridad promedio de 9.8 años aprobados y 82% de su fuerza laboral con 12 o menos años de instrucción formal, perdió casi 40 mil empleos asalariados entre el 2014 y 2019, por lo que no está sirviendo de plataforma de inclusión productiva para ellos, llevándolos a incursionar infructuosamente en otras actividades económicas.
Hoy la proporción de jóvenes buscando empleo es mayor que nunca. La Población Económicamente Activa (PEA) de 15 a 29 años entre el 2014 y 2019 aumentó en 53,480 jóvenes, 46% más que cantidad registrada en los 10 años anteriores (2004-2014) juntos (36,732). 81% de esos nuevos jóvenes económicamente activos tienen menos de 24 años y la cantidad de personas buscando trabajo aumentó en 60% versus hace 5 años, la mayoría jóvenes.
El Plan Estratégico de Gobierno (PEG) 2019-2024, del gobierno nacional plantea generar 240 mil a 275 mil empleos entre el 2019 y 2024, de los cuales el 25% podría ser para trabajadores menores de 30 años. En otras palabras, 12 mil y 14 mil nuevos empleos anuales para jóvenes.
La economía actualmente genera 45 mil empleos por año, de los cuales 3,790 son para jóvenes, por lo que las metas contempladas en PEG 2019-2024 representan un reto inédito y audaz, en materia de empleo juvenil, pues apunta a una triplicación del número de plazas de trabajo para jóvenes.
Existen claras oportunidades. Hay una plataforma de 38 mil empleos anuales del comercio, industria, logística, turismo, salud y otros servicios que se mantendrá. Por otro lado, 70% del empleo juvenil que hoy se genera es rural, lo cual debe ser potenciado y el gobierno lleva adelante obras de infraestructura con una inversión de unos $6 mil millones en el área de Panamá Oeste, superior a lo invertido en la Ampliación del Canal
Cada $1 invertido en esa obra generó $0.64 de demanda interna de construcción y $0.36 en la compra de bienes de capital. Un impacto similar es posible de los proyectos programados para Panamá Oeste.
El desafío es grande y la oportunidad también. Nuestro reto como país no es generar empleo, sino generar empleo incluyente.
El autor es asesor empresarial