En una democracia como la nuestra, los gobiernos electos por la soberanía popular deben tener, como la más alta prioridad, reducir la desigualdad; no hay de otra. El 95% de su acción de gobierno debe dedicarse a este único tema. Es esa la más alta justificación de la acción de gobierno. Todo lo demás es periférico a este tema central. Ese hábito ridículo de tener un “gabinete económico” y un “gabinete social”es complicar lo sencillo. Todo el Gabinete, toda la acción de gobierno, debe estar dedicada a reducir la desigualdad. Frente a todo análisis para decidir una acción de gobierno, todos los del equipo deben hacerse la pregunta: ¿ésta acción reducirá la desigualdad? Si la respuesta es “no” o “más o menos”, ¡a otra cosa! No pierdan tiempo en lo que los anglos llaman “spinning”(trabajando duro, largas jornadas, sin lograr nada).
Ahora veamos los cinco grandes requerimientos para disminuír la desigualdad.
En todos se requiere de acciones radicales de cambio, lo cual a su vez debe venir de un consenso ciudadano o nuevo pacto social, dirigido por un presidente que -con el apoyo ciudadano – se atreva al cambio radical.
1) Agua. Ninguna casa de nuestro país debe estar nunca sin agua. ¡No hay desigualdad peor que tener gente sin agua! Además, nuestro Canal depende de agua suficiente. El problema requiere garantizar el suministro y la eficiente distribución corporatizada por 50 años. La ACP ya se comprometió a encargarse de este tema integral, así que podemos confiar que así será.
2) Salud/CSS. Hoy, en medio de la Covid-19, no hay que explicar que nuestro sistema es débil y desigual. Aquí no se trata solo de resolver el deficit de la Caja, sino que hay que unificar el sistema de salud, hacer viable las jubilaciones en un ente especializado y separado, y considerar un seguro universal de salud para todos, utilizable en toda la red hospitalaria (pública privada) para dar un salto en eficiencia y efectividad igualitaria. La solución radical... ¡ya! ¡Nada de patear la lata!
3) Educación. Sin duda alguna, Meduca es - y seguirá siendo -una fábrica de desigualdad casi criminal. Ni la Mujer Maravilla podría resolver este sistema burocratizado y politizado que requiere un cambio radical. Mi recomendación: que el 100% de las utilidades del Canal (más o menos $1,700 millones) sean totalmente para educación, liberando para el gobierno los $1,700 millones que actualmente invierte en Meduca y usarlos para otras inversiones sociales. El Canal resolverá el que todo panameño sepa qué significa el Canal para él. Como el dinero viene de la ACP y no del gobierno central, se elimina todo ingrediente político en el sistema educativo, y por fuerza nos lleva a crear un ente nuevo, eficiente y representativo, como el nuevo ente ejecutor de una educación nueva y moderna, con buenos salarios. ¿Que es radical? ¡Claro! Pero vital para eliminar la hoy fábrica de desigualdad que es Meduca.
4) Seguridad/justicia. Hay que desgorilizar a nuestros entes de seguridad pública, nombrando civiles en los puestos de mando, incluyendo sistemas de seguridad de barrio y cooperación ciudadana (eliminando rotaciones propias de militares). Prohibir la entrada de Senafront y Senan a las ciudades, por su entrenamiento militar. Toda institución policial con medidas de eficacia, establecidas según rapidez de respuesta al llamado ciudadano.
Justicia, que el consenso ciudadano exija la renuncia de todos los magistrados, eliminándoles salarios ,y nombre nuevos y honorables magistrados ad honorem por 18 meses, con el propósito de limpiar el sistema y todas sus desigualdades.
5) Crear nuevamente una oficina de planificación nacional del Estado, con poca gente, muy seria, sin membresía en partidos politicos , con nombramientos intocables y rotativos por siete años. Esta oficina debe armar planes de Estado de 10 a 15 años y de 25 años, producto de consensos nacionales efectuados cada tres años. Cada partido politico seguirá con su plan de gobierno de cinco años, ojalá ajustado a los planes de largo plazo de Estado, producido por el ente planiifcador.
El presidente ha mencionado su deseo de lograr un consenso nacional titulado “Cerrando brechas”, que significa lo mismo que reducir desigualdad. Ojalá él pueda dar un golpe de timón con borrón y cuenta nueva, incrementando la credibilidad del gobierno, al punto que todos podamos contribuir a ese consenso, y que del mismo salgan acuerdos para los cinco grandes cambios, que reduzcan la desigualdad y den un aire positivo nuevo a nuestra República.
El autor es fundador del diario La Prensa