En el sector agropecuario palpita el alma del Panamá verdadero, simboliza la patria profunda que definieron don Guillermo Andreve, Mateo Iturralde y el poeta Ricardo Miró.
Nuestra campiña se pinta de colinas, llanuras y manantiales que estimulan a soñar y abrigar esperanzas infinitas, de donde extraen sobre todo los más humildes y esforzados panameños, ¡algunos hasta silvestres hijos del sol y hermanos de las lluvias!, el pan de cada día en el entorno de una vida sencilla y modesta…
Las maravillas del reino de la naturaleza cautivan y te seducen en el medio de una soledad aparente, pues siempre estás bajo la mirada de miles y miles de criaturas, e inmerso en los profundos ruidos del silencio.
Si los apreciados lectores desean adentrar y deleitarse en el mero vientre de la patria, realice junto a su familia la excursión por carretera Gualaca–Almirante–Changuinola, y pronto, antes de que la colonización espontánea y desordenada destruya aquellos imponentes parajes de la naturaleza.
Cierta vez ante el papa Pablo VI, allá en la solemnidad del Vaticano, Omar Torrijos me presentó entre otros funcionarios como el ministro de Agricultura de Panamá; el Papa sostuvo mi mano derecha entre las suyas y al acercarla a su pecho exclamó en perfecto español… ¡Oh, es usted el jefe de la riqueza de su país, la agricultura! Jamás pude olvidar semejante exclamación del Santo Padre, efectivamente, porque la tierra es tan generosa que pare para sus millones de hijos abundantes riquezas, como el vientre fértil de mujer que pare y amamanta su criatura.
Nuestro campo verde es tan inmenso como inmensa es la República, debemos cuidar de él ya que pertenece a todos, de allí emana nuestra nacionalidad, personalidad de Estado y la sostenibilidad de la Nación y su pueblo, donde se confrontan problemas todos delicados y de trascendencia con efectos en la población, tanto para el consumidor como al productor, burócrata y gobernantes.
Son, precisamente, problemas que se desprenden de las complejidades de la convivencia y competencia en la producción de alimentos y en esa lucha como seres humanos afloran pasiones, debilidades y hasta miseria humana inevitables, pero sí debemos hacer esfuerzos inteligentes para mitigar y neutralizar sus efectos dañinos y lograr la armonía en el sector... ¡la armonía fecunda la tierra!
Nuestros productores tienen que afrontar evidentes obstáculos y desventajas comparativas con la mayoría de los agricultores de los países desarrollados, como los precios insuficientes por sus cosechas, los insumos derivados del petróleo siempre en alza, el alto costo de la energía eléctrica, combustibles siempre caros, la explotación de algunos intermediarios que participan de las utilidades sin arriesgar capital y trabajo, la incomprensión de los consumidores citadinos; todos estos factores más el castigo por las inclemencias del tiempo, casi siempre por situaciones imprevistas, plagas, sequías, inundaciones, fenómeno de El Niño, cambio climático y últimamente los efectos desalentadores por la baja de los aranceles, originan choques, protestas y reclamos de líderes productores, gremios y asociaciones… todos gente de trabajo, valiente, inteligente y peleadora, de temperamento fuerte y perseverantes.
Aunque no estoy autorizado por el ministro del Mida, Ing. Lindi Pérez, sé que él comparte la realidad siguiente: Tradicionalmente en todo cambio de gobierno se dan confusiones, traumas y traspiés en la administración pública y mucho más en un ministerio tan grande de casi 3 mil funcionarios y unos 50 mil productores grandes, medianos y pequeños.
Superados los primeros cien días al frente del Mida, aceptamos que ha sido una jornada de transición nada fácil, accidentada y cuestionada severamente por algunos sectores de la producción de alimentos, en ocasiones con razón, otras sin ella.
Sin embargo, el ministro Víctor Pérez viene evidenciando cada vez más un fuerte liderazgo y tiene ya bajo control pleno el sector agropecuario, al punto que ha terminado de estructurar la estrategia para el despertar y reimpulso del Mida 2009-2019 (10 años como política de Estado) Esta estrategia novedosa fue presentada recién, en el VI Congreso de Ingenieros Agrónomos, por el vice ministro del Mida, Lic. Luis Villarreal.
En síntesis, la estrategia presenta como su meta fundamental, el despertar, reimpulso y presencia extensionista en el campo del Mida, un gigante adormecido por años y ausente en gran medida del agro. La estrategia renovada como plan del Gobierno Nacional a través de la gestión del ministro Pérez, que consiste en que el país alcance la autosuficiencia o soberanía alimentaria en el próximo decenio.
Como a la vez, elevar la capacitación y transferencia de tecnología en la masa de productores, a los niveles que las circunstancias del mercado exigen de eficiencia y competitividad en la producción, para exportar alimentos competitivamente; mejorar el nivel económico, desarrollo y calidad de vida del hombre del campo.
Muy pronto llevaremos a cabo los talleres o mesas de trabajo e intercambio de tecnologías quizás en las ciudades de David, Santiago, Capira y Chitré. Mesas por cada uno de los rubros agrícolas y pecuarios, integradas por los técnicos más aventajados del Ministerio; líderes privados destacados de la producción agrícola, bovino grado A, doble propósito, porcino, ovino y caprino, igual aves, conejos y avestruces. Un técnico especialista del Idiap con afinidad al tema de cada mesa, IMA, BDA, Arap, Universidad Nacional, INA, etc.
Por otra parte, el Ministro y el equipo de profesionales del Mida definen la importancia de establecer la mesa permanente del dominio de las aguas para riego, drenaje y generación de energía, bajo el concepto de ¡Quien domine las aguas garantizará cosechas y energía! Finalmente, la mesa de los proyectos especiales, como la creación de los huertos y hortalizas en patios y balcones en la ciudad capital.