Destello de esperanza para las personas transgénero



Imagínese la siguiente situación. Usted es hombre, usa ropa masculina y hasta quizás tenga vello facial. Un día, el gobierno separa a los hombres de las mujeres y le indica que usted solo puede salir los días asignados a las mujeres. Usted cumple estas nuevas normas, pero las personas con las que se cruza en la calle lo miran fijamente, porque no tiene aspecto de mujer. Cuando intenta entrar en un supermercado, banco o farmacia, tiene que explicar al guardia de seguridad que, pese a su apariencia masculina, su documento de identidad dice sexo “femenino”. Algunas veces lo dejan entrar, pero otras no. Un día, un policía lo para por haber salido “el día equivocado” y lo detiene.

Esta historia es representativa de lo que muchos hombres y mujeres transgénero están viviendo hoy en Panamá. Aunque la comunidad transgénero está acostumbrada a la intolerancia y el desconocimiento, la cuarentena por géneros que empezó el 1 de abril ha exacerbado estas experiencias. En el contexto de la Covid-19, esta discriminación implica que las personas transgénero enfrentan obstáculos para satisfacer necesidades básicas, como el acceso a comida y medicamentos. En algunos casos, han sido encarceladas en forma injusta mientras intentaban obtener estos artículos de primera necesidad. Para muchas personas trans, esta situación de mayor vulnerabilidad también conlleva un fuerte efecto psicológico, y un sentimiento de aislamiento y desánimo. Algunas se han propuesto irse del país apenas merme la pandemia.

“Tú quieres salir el día que te da la gana. ¡Deja de quejarte durante la pandemia y cumple las normas!”. Esta es una reprimenda que las personas transgénero de Panamá suelen escuchar de guardias, transeúntes o usuarios de medios sociales. Sin embargo, la mayoría de las personas trans están cumpliendo las normas de buena fe. Circulan el día que corresponde al componente sexo en sus documentos de identidad. No obstante, un hombre trans —alguien que recibió un componente sexo femenino en su documento al nacer pero que se identifica como hombre— suele llamar la atención si sale un día asignado a las mujeres, porque “parece un hombre”. Lo mismo ocurre a las mujeres trans que salen un día reservado para los hombres. En esa instancia, queda a discreción del agente de seguridad público o privado decidir si una persona trans podrá comprar artículos esenciales o caminar libremente en su propio vecindario.

Desde abril, varias organizaciones de derechos humanos han pedido al gobierno que rectifique esta situación para las personas trans durante la cuarentena. Entre las organizaciones solicitantes se incluye Human Rights Watch, que publicó una carta abierta al presidente Cortizo el 24 de abril y un informe el 13 de julio. El 11 de mayo, el Ministerio de Seguridad Pública señaló que “ha conversado con los estamentos de seguridad para evitar cualquier tipo de discriminación contra la población LGBTI”.

Luego, el 16 de julio, cinco ministerios y la Defensoría del Pueblo emitieron una declaración en la cual reconocieron en forma específica los señalamientos de discriminación contra las personas transgénero. En la declaración también se denunció la transfobia, se sostuvo que Panamá respeta “la diversidad de identidad y de expresión” y se instó a las entidades públicas y privadas a poner fin a la discriminación. Tal vez lo más significativo es que planteó la posibilidad de sanciones para las personas que se determine que han tenido una conducta discriminatoria.

En un país sin garantías jurídicas para las personas trans frente a la discriminación, esta declaración resultó importante y sugirió que el gobierno había escuchado los reclamos de las personas trans. Sin embargo, muchas personas trans todavía se preguntan si esta declaración tendrá algún efecto en su vida cotidiana. El gobierno sigue exigiéndoles salir el día que corresponde al sexo indicado en su documento de identidad, y no el día reservado para las personas del género con el que se identifican. Debido a esto, seguirán llamando la atención cuando estén en la calle. Muchas personas trans esperan que la posibilidad de sanciones disuada a los guardias de seguridad de negarles el ingreso a establecimientos o evite que la policía las detenga. Es el gobierno el que deberá cerciorarse de que los agentes de seguridad sepan, entiendan y respeten la política gubernamental.

Algún día la Covid-19 será tan solo un recuerdo amargo para Panamá. Sin embargo, corresponde al gobierno asegurar que la discriminación contra las personas transgénero también pase a ser cosa del pasado. Una medida para lograrlo sería permitir que las personas transgénero obtengan documentos que reflejen su identidad de género; en la actualidad, deben someterse a una cirugía de reasignación de sexo para conseguirlo. Otra forma importante en la que el gobierno podría erradicar la discriminación es crear campañas públicas de educación sobre diversidad sexual y de género que se difundan a través de escuelas, organizaciones comunitarias y medios sociales.

La declaración del 16 de julio reafirmó que “el Estado panameño se fundamenta en la democracia, la igualdad y no discriminación”. El país solo podrá estar a la altura de estos valores si, a través de esfuerzos coordinados, elimina el estigma y los perjuicios contra las personas trans.

El autor es investigador de Human Rights Watch

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