La paratuberculosis (PTB) es una enfermedad infecciosa en el sistema digestivo de rumiantes, incrementada en especies de ganado, ocasionada por el patógeno Mycobacterium avium, subespecie paratuberculosis (MAP). La enfermedad puede volverse sistémica, produciendo una enteritis granulomatosa crónica con consecuencias devastadoras: disminuye la producción de leche, pérdida de peso, diarrea y muerte del animal.
El costo del sacrificio prematuro, los problemas de infertilidad y reemplazo del ganado afectan la productividad y la competitividad del productor. Los animales menores de 6 meses de edad son susceptibles, pero la mayor prevalencia se ha detectado en el ganado adulto. Hay evidencias que sugieren que el MAP podría representar un riesgo zoonótico para la salud pública, debido a su posible asociación con la enfermedad de Crohn en humanos.
No existe un tratamiento específico para la PTB. Las vacunas requieren mayor estudio, ya que las existentes ofrecen inmunidad protectora de corto plazo, lo que dificulta la erradicación de la enfermedad. Además, el MAP tiene la capacidad de sobrevivir en el medio ambiente.
El control de la PTB se basa en buenas prácticas de salud animal y gestión, diagnóstico precoz y la confirmación de laboratorio. Su éxito dependerá de las estrategias integrales que cada país implemente para realizar un diagnóstico correcto. El mayor reto recae en los métodos de identificación e implican el cultivo de la bacteria, lo que conlleva varios meses, con baja especificidad y sensibilidad.
En Panamá, los métodos de diagnóstico de la PTB y de otras enfermedades del ganado, como la tuberculosis bovina, la leucosis enzootica bovina y la estomatitis vesicular, están siendo estudiadas desde hace varios años. Por ejemplo, hemos evaluado el uso de suero versus plasma para la detección de anticuerpos IgM anti-MAP en un hato lechero, lo que resulta en ahorros en tiempo de estudio y en costos para materiales y almacenamiento de muestras (http://repositorio-indicasat.org.pa/handle/123456789/139).
Han sido evaluados también los programas de control de la PTB de 48 países, incluido Panamá. Así, si bien la PTB es de notificación obligatoria en la mayoría de los países, solo 22 cuentan con programas formales de control. Esa tarea también está pendiente en Panamá. La clave para lograrlo está en la integración desde la visión One Health [“una salud”] de los sectores productivos, académicos y regulatorios de nuestro país.
El autor es miembro del movimiento Ciencia en Panamá y científico del INDICASAT-AIP en Ciudad del Saber.