No caben dudas: se aproximan tiempos de crisis y hambruna. Cuando estos lleguen, deberíamos estar unidos como un pueblo inteligente. Cada día que transcurre y seguimos indiferentes ante esta amenaza, nos aproximamos a la ingobernabilidad con consecuencias de desastre y violencia social, igual a Colombia o un régimen autocrático de gobierno como en El Salvador. Nuestro gobierno debe anticiparse a esta realidad.
La Covid-19 seguirá entre nosotros causando estragos y agitación social. Basta voltear la mirada a Chiriquí y Veraguas en estos precisos días. La clase social bajo la línea de la pobreza multidimensional, hombres y mujeres casi de vida silvestre, estuvieron alimentándose durante la pandemia, mejor que antes que esta apareciera como resultado de una acción acertada del gobierno. Pero, ¿cómo hacerles entender que ya no hay recursos para seguirlos alimentando, mientras los que gobiernan siguen comiendo a dos cucharas, indiferentes y con salarios completos?
El programa de vacunación, aunque bien llevado, tomara unos tres años para alcanzar la cobertura del 60%, si llegan las vacunas al país a tiempo, como hasta el momento. La crisis en la CSS que amenaza con suspender las pensiones podría ser el detonante de la explosión social de efectos impredecibles.
¿ Qué se recomienda?
Desde el 1 de julio de este año, un nuevo gabinete de unidad nacional, integrado por representantes de las fuerzas laborales y productivas organizadas que impulsan la república y no otro gabinete que represente a los partidos y clase política tradicional.
Todos los salarios de ministros, diputados y magistrados y aquellos todos de 5 mil balboas, se reducirán al 50%.
Gasolina, celulares, gastos de representación y viáticos correrán por cuenta del funcionario.
Si la causa que unifica al 80% del pueblo panameño consiste en el anhelo de una nueva Constitución, mediante el artículo 314 o constituyente paralela, entonces lo inteligente, y es lo que sugiere el sentido común, sería consolidar la unidad nacional mediante la convocatoria de la constituyente paralela. Justificar el esfuerzo estéril de recoger casi 600 mil firmas en tiempo de pandemia, para obligar al presidente Cortizo a que cumpla con su promesa de campaña y debates públicos, donde se comprometió aplicar el artículo 314 si le fracasara el 313 o las reformas a través de la Asamblea, como en efecto aconteció en el debut del gobierno.
Finalmente, el gobierno pierde de vista que en la medida que la recolección de firmas progresa, lo acorralan y se debilita políticamente, principalmente el partido en el poder, el PRD.
El autor es general (r)